El expresidente de la Generalitat Francisco Camps aseguró ayer que asume «políticamente» la decisión de la celebración del Gran Premio de Fórmula Uno en València y defiende que todos los integrantes de su gobierno y la Administración autonómica «actuaron bajo el estricto imperio de la ley» y «nadie buscó rédito político».

Camps realiza estas manifestaciones en un comunicado de catorce puntos después de que el pasado viernes declarara como investigado ante la jueza que investiga supuestas irregularidades en la organización de la Fórmula Uno, en una de las cuatro piezas en las que se ha dividido el conocido como caso Valmor, y en las que derivó al expresidente de Bancaja y de la Generalitat, José Luis Olivas

El expresidente asegura ahora que la idea de celebrar un Gran Premio urbano fue del magnate de la Fórmula Uno, Bernie Ecclestorne, «al ver el puerto de València», algo que al él le «entusiasmó» y empezó a «coordinar esfuerzos».

«Ayuntamiento, puerto y, después de diversos contactos personales con importantes empresas nacionales, fue Bancaja quien dio el paso e impulsó la creación de una empresa abierta a más socios y participada para ser promotor del evento, que la Generalitat encabezaba institucionalmente como un proyecto ilusionante que fue un éxito», agrega.

Explica Camps que presentó «los pormenores de este ilusionante proyecto» a la sociedad y el 24 de agosto de 2008 «València fue testigo de un hecho único: el Gran Premio de Europa».

Según el exjefe del Consell, en el marco de la declaración de interés general y por datos económicos de renta del evento avalados por el IVIE, «el Consell que presidía, constituido en Junta General de Accionistas de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Generalitat, adoptó el acuerdo de ser copromotor del Gran Premio».

«Los datos macroeconómicos eran favorables, pero la crisis económica y los dos grandes premios en España, condujeron a la necesidad de realizar un único Gran Premio de F-1 en España, ya que el público y los aficionados no podían acudir a ambos», añade.

Explica que Ecclestone propuso que el de València fuera el único con el nombre de Gran Premio de España y a celebrar en las fechas en las que se celebraba el de Montmeló y él «dio el visto bueno» porque lo vio «desde el principio como una de las grandes apuestas de nuestra comunidad: turismo, riqueza, empleo y proyección».

«Todos los miembros del gobierno que presidía y la Administración actuaron bajo el estricto imperio de la ley. Nadie busco rédito personal alguno», asegura y se muestra convencido de que «si hoy continuase ese Gran Premio estaría ya en balance de gestión positiva, y se habrían acumulado centenares de millones de telespectadores en el mundo mirando a València».