El expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana, detenido esta martes, estuvo perseguido por una frase con la que sus enemigos políticos quisieron definir al personaje, ya desde sus inicios como alcalde de Benidorm: "Estoy en política para forrarme". La sentencia, en realidad, no era suya. Se la colgaron en la confusión de las grabaciones del caso Naseiro, pecado original de financiación irregular del PP que quedó en nada, precisamente, por la anulación de las escuchas.

Eso sí, de boca de Zaplana salió otra declaración no menos comprometedora. "Que me dé diversas opciones y me quedo con la más fácil. Pero me tengo que hacer rico porque estoy arruinado, Boro", dijo. "Pues eso es lo que pasa. ¡Ay ... !, tengo que ganar mucho dinero, me hace falta mucho dinero para vivir. Ahora me tengo que comprar un coche. ¿Te gusta el Vectra 16 válvulas?", dijo en una conversación intervenida en aquel caso con el concejal del PP Salvador Polop, en 1990.

Quizá fue la primera vez, pero no la única, en la que Zaplana fue captado en grabaciones realizadas en el marco de operaciones de corrupción soltando frases incómodas. En una charla con el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González en el marco de la operación Lezo, el expresidente daba su opinión sobre la exalcaldesa de València Rita Barberá: "Ella iba, se reía, se tomaba un whisky con alguno, que eso lo hacía como Dios". "Era un bluf absoluto", dijo.

Zaplana, pese a estar alejado de la València de la Gurtel -dejó la presidencia de la Generalitat en 2002 para pasar a la política nacional-, nunca estuvo exento del acoso de la justicia, con casos como el de Terra Mítica o los contratos del Ivex con Julio Iglesias.

Pero el enfrentamiento con su sucesor Francisco Camps y el hecho de que su mandato quedara desligado del estallido de la corrupción en la C. Valenciana, abonó el terreno para que Zaplana mantuviera un relato de distanciamiento. En marzo de 2009, días después del estallido del caso Gürtel, bromeaba preguntado por el caso de los trajes: "Todo lo que diga puede ser utilizado en mi contra", dijo entre risas.

El 9 d´Octubre de 2012, con la Generalitat al borde del rescate y la imagen de una autonomía caricaturizada como un nido de corrupción, Zaplana reivindicaba su legado en el Día de la Comunitat Valenciana. Bajo su mandato se lograron "los mejores indicadores de prosperidad y avance que ha tenido jamás esta comunidad", dijo. Y además "no tuvo ningún problema jamás de índole judicial". "Eso es un orgullo", proclamó.

En 2013, con su partido acusado por los papeles de Bárcenas, el exjefe del Consell daba su opinión la gestión de los casos de corrupción:

"Cuando se produce la imputación de un político por un presunto caso de corrupción el político debería actuar con generosidad, sacrificándose y adelantándose a decisiones que se están pidiendo desde el ámbito político y ciudadano, para contribuir a la buena imagen de la clase política".

"Hay una percepción social de que existen muchas similitudes entre política y corrupción, y eso es injusto y falso, conozco a muchos compañeros y adversarios que su trayectoria es intachable, pero también sabemos todos que hay situaciones que no las corregimos y que equivocadamente las protegemos".

Por el camino, el enfrentamiento entre Zaplana y su sucesor ha seguido vivo. En marzo, Francisco Camps acusaba a su antecesor de haber introducido la trama Gürtel en València. Y Zaplana respondía, de nuevo apelando a ironía: "De ser cierto, sería lo único en lo que habría seguido mis directrices". "En la memoria de todo el mundo debe estar presente mi relación con él desde que abandoné la presidencia de la Comunidad Valenciana, y las fechas en las que Orange Market inició su actividad, así como las declaraciones de los propios protagonistas". "Abandoné la presidencia de la Comunidad Valenciana en el año 2002 y por poner un solo ejemplo, en la campaña del año 2008 aun siendo portavoz del Grupo Popular en el Congreso, no pude comparecer por mi circunscripción de Valencia", lamentó.