El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Llíria ha albergado este miércoles el juicio a los cuatro ultras acusados de acosar a la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, durante un escrache mientras estaban encapuchados a las puertas de su domicilio en Riba-roja el pasado 18 de octubre.

En el juicio han comparecido como denunciados el asesor jurídico de España 2000, José Luis Roberto, que fue presidente de esta formación, y otras tres personas, dos hombres y una mujer miembros de este partido.

Fiscalía pide para cada uno de los denunciados una multa de 900 euros por amenazas leves --subsidiariamente por coacciones leves--, con agravante de discriminación ideológica, y seis meses de prohibición para aproximarse a Oltra y a su domicilio particular. La Abogacía de la Generalitat, que representa a Oltra por su condición de vicepresidenta, pide la misma multa para tres de los denunciados aunque eleva la de Roberto a 1.800 euros por tener mayor capacidad económica.

La fiscalía basa su acusación en que hubo un "evidente intento de intimidación" por parte de los acusados al actuar con nocturnidad y emplear máscaras para ocultar su identidad. Por su parte, la defensa ha reclamado la absolución, amparándose en el derecho a la libertad de expresión de sus clientes.

La vicepresidenta ha declarado que se sintió "asustada" y temió por sus hijos durante la acción que realizó ante su casa "un grupo de personas de extrema derecha", ocho o diez, un hecho ocurrido en octubre del pasado año cuando ella estaba en el interior con los dos niños, de 10 y 14 años, y una asistenta.

Oltra ha señalado que el "miedo" que sintió fue mayor "conociendo la ideología racista de estas personas" y dado que estaba en la vivienda con los menores, ambos de origen etíope, y con la asistenta, uruguaya. Por tanto, ha dicho que temía un "componente racista" y ha sostenido que considera que con esa acción se le quiso enviar un "mensaje claro": "Sabemos dónde vives, dónde están tus hijos y dónde eres vulnerable".