El ayuntamiento de València, a través de la concejalía de Mobilitat Sostenible, ha anunciado que ya ha comenzado el proceso de instalación de las cinco cámaras de control de tráfico que se instalarán en el perímetro de Ciutat Vella y que consolidarán el área de prioridad residencial que el consistorio ha creado en el centro histórico. Está previsto que en el plazo de dos meses la red de videovigilancia ya iniciará las primeras pruebas, aunque no se pondrá en marcha hasta que vecinos, comerciantes, hosteleros, aparcamientos privados y servicios de reparto cuenten con las pertinentes autorizaciones de acceso, según ha explicado la delegación que dirige Giuseppe Grezzi.

Los puntos de control se ubicarán en el acceso a la calle Corona desde la calle Guillem de Castro; en la calle Salvador Giner en su acceso desde la Plaça del Portal Nou; en la calle Salvador en el cruce con la calle Trinitarios; en la Plaça del Mercat a la altura de la calle Trench; y a la salida del aparcamiento subterráneo del Mercat Central en su giro hacia la calle Botellas.

Cada punto de control contará con una cámara de lectura de matrícula (OCR) y una cámara de visión general. Mediante un software se podrán detectar, de esta forma, las matrículas que disponen de autorización para circular por la zona restringida y las que no. València estudió las zonas de prioridad residencial de Madrid y su funcionamiento para su posterior implantación en el "cap i casal".

La instalación de las cámaras es un mandato ciudadano que se aprobó en la primera edición de los presupuestos participativos, en 2015. Desde entonces, el proceso para la licitación y puesta en marcha de los controles de acceso se ha demorado por cuestiones administrativas y, sobre todo, porque necesitaban informes adicionales dado el carácter histórico de la zona.

Ante el retraso en su instalación y las peticiones vecinales para restringir el tráfico, la concejalía de Mobilitat Sostenible decidió anticipar la pacificación del centro histórico con un sistema de bucles que limitaron mucho la circulación. De hecho en zonas como la plaza del Tossal la contaminación pasó de valores dañinos para la salud, a tener valores saludables, al estar por debajo de los umbrales recomendados por la OMS. Aunque teóricamente había zonas como el bucle de la calle Salvador-Serranos donde solo pueden circular autorizados, en la práctica no había un control policial, salvo en casos puntuales.

Con todo, la actuación con bucles tuvo efectos indeseados, ya que ha provocado problemas a los vecinos de Ciutat Vella, que se quejan de tener que dar rodeos importantes para acceder a calles que antes tenían a un minuto de distancia. Además vías como la calle Murillo se han visto sobresaturadas de tráfico al absorber los vehículos que salen del Mercat Central y la avenida del Oeste. El concejal de Mobilitat Sostenible, Giuseppe Grezzi, asegura que todos estos problemas se corregirán con la instalación de cámaras.

"La pacificación de la circulación en Ciutat Vella es ya un hecho antes de la llegada de las cámaras de control solicitadas por los vecinos, pero no cabe duda que contribuirán a reducir aún más el tráfico de vehículos por el barrio al eliminar definitivamente a los que no están autorizados y que aún atraviesan por calles como Carda y Murillo esquivando el control policial, según denuncian algunos vecinos", apunta Grezzi.

Así pues, superados ya todos los trámites necesarios se ha procedido al inicio de la instalación de las cinco cámaras con que se licitó el proyecto, de cara a que en un plazo de dos meses "pueda ya comprobarse el correcto funcionamiento de las mismas", según Mobilitat Sostenible.

Durante las próximas semanas se trasladará a los vecinos y comerciantes del entorno, así como a las empresas y patronales de logística, los mecanismos de operatividad de la zona y los trámites a realizar para que los vehículos figuren en la lista de autorizados, aunque la concejalía recuerda que que los vehículos que ya estén registrados para poder acceder en los bucles de uso exclusivamente residencial o como usuarios de la zona naranja en Ciutat Vella no deberán hacer ningún trámite adicional.

"Independientemente de la fecha del fin de la instalación y puesta a punto de las cámaras, éstas no empezarán a operar hasta culminado el plazo de altas en el registro de vehículos autorizados", añade el ayuntamiento.

"Lo interesante de esta petición ciudadana es que redunda en subrayar el deseo de los vecinos de este de reducir el tráfico innecesario en el interior del barrios en que residen", señala Grezzi, pero, "no es un deseo exclusivo de los vecinos de este barrio, sino de todas las personas de la ciudad". De ahí, añade el concejal, "la importancia de seguir trabajando en la línea que estamos haciendo en el gobierno de Joan Ribó, favoreciendo alternativas al tráfico humeante y ruidoso, y regulando y posibilitando la imprescindible logística; esperamos que en adelante contando con el apoyo y la responsabilidad de todos los grupos municipales, ya que el consenso vecinal de cómo quieren las calles en que viven existe y es claro".