La investigación abierta en 2015 por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil contra Eduardo Zaplana tira del hilo para comprobar que el exministro pudo haber obtenido «cantidades millonarias» de comisiones que durante años habrían estado a buen recaudo en diversos paraísos fiscales, que algunas fuentes ubican en Uruguay, Panamá y posiblemente Luxemburgo.

La operación se desencadenó tras la supuesta repatriación de parte de ese dinero oculto en paraísos fiscales, cuya cantidad se estima en torno a los 10,5 millones de euros. Y después de la compra de un piso, en marzo pasado, en el distrito madrileño de Chamberí, por un valor estimado de dos millones y sin préstamo hipotecario.

Precisamente el blanqueo de capitales, (con una prescripción de quince años para los cargos públicos o agentes de la autoridad) es lo que permite a los investigadores indagar sobre el resto de delitos que, debido al tiempo transcurrido, ya habrían prescrito. Aunque éste será con toda seguridad uno de los elementos de batalla de las defensas en la nueva instrucción por corrupción que investigan los juzgados valencianos.