La Comisión Europea ha decidido ampliar a las colillas del tabaco y las redes y útiles de pesca abandonados la lucha contra los plásticos de un solo uso, responsables de más de la mitad de los restos de este material que llega a las playas y que supone en conjunto el 85 % de la basura que el mar deposita en la arena.

En ambos casos las nuevas directivas europeas, pendientes todavía de aplicación, proponen establecer la responsabilidad ampliada del productor para los fabricantes de cigarrillos con boquilla, que tendrán que asumir el coste de la recogida de las colillas hasta el porcentaje que determine la Comisión y financiar las campañas de sensibilización dirigidas al ciudadano.

Europa interviene alarmada por el continuo crecimiento de estos residuos -plásticos de un solo uso- y la «amenaza» que representa «para los ecosistemas, la biodiversidad, la salud humana, así como para el turismo, la pesca y el transporte marítimo», aseguran fuentes de la Comisión.

«La acción conjunta y proporcionada a nivel de la Unión Europea puede reducir la basura marina al tiempo que garantiza un mercado único y seguridad jurídica para las empresas», añade.

Antes de adoptar una decisión frente a este problema transfronterizo, la Comisión ha realizado un estudio de detalle sobre la composición de la basura marina.

Los plásticos suponen el 85 % de la basura de las costas y la mitad es plástico de un solo uso mientras que las artes de pesca abandonadas, perdidas o descartadas representan otro 27%.

Un paso de gigante

Europa está relativamente satisfecha de cómo afrontó el problema de las bolsas de plástico en 2015. Tres años después, el 72 % de los europeos afirma haber reducido el uso de ese tipo de bolsas (según Eurobarómetro). Ahora, la UE se ocupa de los diez productos de plástico de un solo uso más utilizados y de las artes de pesca y articula medidas para reducir a la mitad su presencia en las playas.

Entre otras medidas, los productos de plástico de un solo uso no podrán comercializarse cuando haya alternativas fácilmente disponibles y asequibles.

La prohibición se aplicará a los bastoncillos de algodón, los cubiertos, los platos, las pajitas, los agitadores de bebidas y los palitos de globos de plástico, que deberán estar fabricados exclusivamente con materiales más sostenibles. Los recipientes de bebidas de un solo uso de plástico solo podrán comercializarse si sus tapas y tapones permanecen unidos a ellos.

«Los Estados miembros tendrán que reducir el uso de los recipientes alimentarios y de los vasos de plástico. A tal fin, pueden establecer objetivos de reducción a nivel nacional, ofrecer productos alternativos en el punto de venta o garantizar que no puedan proporcionarse de forma gratuita productos de plástico de un solo uso», explicaron fuentes de la comisión.

En la Comunitat Valenciana, la Conselleria de Medio Ambiente está elaborando una nueva normativa para los plásticos de un solo uso en consonancia con las directrices europeas y que presumiblemente pasará a formar parte del Plan Integral de Residuos.