El abandono educativo temprano de los chicos cae a su mínimo histórico pero aún sigue afectando a casi uno de cada cuatro jóvenes, concretamente al 24,2 % de los residentes en la Comunitat Valenciana de entre 18 y 24 años según los datos del Sistema Estatal de Indicadores de la Educación (SEIE) del curso 2016-17 publicados ayer por el Ministerio de Educación. Esto se traduce en que más de 42.000 de los 174.000 jóvenes en ese tramo de edad empadronados en tierras valencianas han dejado de estudiar al terminar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) o sin completar siquiera esta etapa.
El abandono prematuro de las aulas es un problema grave ya que la falta de formación reduce drásticamente las posibilidades de encontrar empleo para los jóvenes sin estudios, que se ven abocados así a los puestos de trabajo peor remunerados y más precarios.
La Comunitat Valenciana marca desde 2016 los registros más bajos de abandono educativo temprano, pero el ritmo de la reducción iniciada en 2008 se ha ralentizado. El indice que agrupa a ambos sexos alcanzó en 2016 su nivel más bajo, con un abandono del 20,2 % y de ahí apenas se ha movido. En 2017 osciló una décima arriba y en 2018 vuelve al 20,2 %, afectando a casi 68.500 de los alrededor de 338.900 hombres y mujeres de entre 18 y 24 años que suman los municipios valencianos.
Brecha entre sexos
Tradicionalmente el abandono educativo es más alto entre los chicos que las chicas. En la Comunitat Valenciana nunca ha bajado de los 7 puntos de diferencia y ha llegado a estar separado por casi 18 puntos de distancia en 2004. Entre las mujeres las tasas de abandono escolar están estancadas en torno al 15,4 % desde 2015 aunque en 2018 han experimentado un ligero repunte de 7 décimas al ascender al 16,1 %. Esto se traduce en más 26.500 chicas de las más de 164.800 en ese rango de edades que residen en tierras valencianas.
Donde si se aprecia una mejora significativa es en la reducción del abandono escolar temprano entre los varones, que en 2015 era del 27,3 % y tres años después registra el mínimo histórico del 24,2 %.
Uno de los objetivos prioritarios de la Estrategia Europa 2020 es situar el porcentaje de abandono temprano de la educación y la formación por debajo del 10 % de los jóvenes. España, debido a su elevado porcentaje, se marcó reducirlo por debajo del 15 %.
A dos años de esa meta, solo dos autonomías han alcanzado el objetivo europeo: son País Vasco con un porcentaje de abandono escolar del 6,9 % y Cantabria, con 9,8 %. Navarra (11,4 %), Asturias (12,6 %), Castilla y León (13,9 %), Galicia (14,3 %) y Madrid (14,4 %) han logrado situarse ya por debajo del umbral nacional del 15 %.
La Comunitat está todavía a bastante distancia tanto de la meta de España (cinco puntos) como de la de la UE (10 puntos). No obstante, entre 2008 y 2018 ha rebajado la tasa de abandono un 38 % al disminuirla en 12,4 puntos porcentuales. La mejora media en España ha sido más intensa, pues durante el mismo periodo la tasa de abandono ha caído un 43,4 %, 13,8 puntos menos.
La importancia de la madre
El entorno socioeconómico de los jóvenes es clave en el abandono escolar. Así, por ejemplo, el nivel educativo de los padres es un factor de importancia, especialmente el de la madre. En 2018 el porcentaje de abandono escolar temprano en España de los jóvenes cuyas madres tienen estudios superiores se sitúa en solo el 3,9 %, subiendo al 10,2 % si estas tienen Bachillerato o Formación Profesional, y ya con valores algo por encima de la media para la ESO, 21,6 %, y muy superiores para aquellas con Primaria o inferior, 41,5 %.
