«Cuando se implantó el centro, de repente un pueblo rural recibió un ejército de ingenieros y maestros punteros». Así relata José Morell, alcalde de Cheste, la llegada del Centro de Orientación de Universidades Laborales a la localidad en el mes de octubre de 1969. Un complejo educativo que cumple medio siglo de vida desde su fundación y que hoy acoge a casi 3.000 alumnos y casi un millar de empleados con más de 10 familias profesionales.

Cincuenta años después, el ahora Complejo Educativo de Cheste (CECheste), alberga varios centros educativos de la Consellería de Educación y Deporte, el Cefire de FP, el Instituto Valenciano de Seguridad Pública y Emergencias y un Centro de Tecnificación Deportiva donde más de 300 deportistas de élite menores de edad pueden compaginar estudios y entrenamiento. Hoy es él único centro de toda la Comunitat que ofrece un servicio de cocina integral y uno de los pocos centros que hay en España capaces de ofertar ciclos formativos como Sistemas microinformáticos o Mantenimiento de aviónica, entre muchos otros.

Lucas Ferrando, director del centro, afirma que para ellos «la celebración se centra en pensar qué se puede hacer en el futuro para mejorar todavía más este centro educativo, en el que todavía hay muchísimas posibilidades». Además, asegura que existen dos caminos en los que se va a trabajar: «Profundizar en la formación profesional y conseguir un centro de alto rendimiento para los deportistas que no sea un instituto, que permita que clubes deportivos privados puedan utilizar nuestras instalaciones en periodos no lectivos». Por último destaca que es necesario «mejorar las infraestructuras de comunicación, ya que sólo se puede llegar al complejo cómodamente en coche privado».

Entorno singular

Hasta el próximo mes de junio, el centro ha diseñado un programa de actividades y encuentros relacionados con los 50 años de educación «en un entorno arquitectónico y paisajístico de singular valor» señalan desde el centro. En la programación se contemplan distintos eventos; en primer lugar un concurso entre los alumnos para diseñar un logotipo que represente el cincuenta aniversario de la institución. Además, está planeado realizar un encuentro sobre el futuro de la formación profesional durante el mes de febrero y conmemorar en marzo la labor de Fernando Moreno Barberá, el arquitecto que diseñó gran parte del complejo. Tras esto, celebrarán unos días de puertas abiertas a comienzos del mes de abril y un centro de información e interpretación sobre el complejo durante el mes de mayo.

Como complemento a la celebración del 50 aniversario, el complejo ha sido beneficiado recientemente con una beca de la Fundación Getty de la Universidad de los Ángeles, que pagará a un equipo de la Universidad Politécnica de València para restaurar el Paraninfo del complejo, con una capacidad para cinco mil personas, y que actualmente se emcuetra clausurado debido a su deterioro.

Beca pionera

Según Lucas Ferrando, director del centro, recibir esta beca, destinada a la restauración de edificios de gran valor arquitectónico, es un gran paso para el complejo. Se trata de la primera ocasión que un edificio europeo recibe esta ayuda.

«En los años 80 había que tener un país de licenciados, construir universidades y llevar a la gente a la facultad. El problema es que hoy tenemos licenciados, informáticos y médicos que tienen que trabajar en otras condiciones o tienen que salir del país. Y resulta que algunas formaciones se pueden adaptar más fácilmente que un título universitario, apunta Ferrando.

Por este motivo, el responsable del centro remarca su apuesta decidida por los ciclos de formación profesional y por la capacidad de actualizar la enseñanza. «El mundo va mucho más rápido que antes, o te adaptas, o mueres. Cuando el centro abrió, en el año 69, se enseñaba carpintería, obra, mecanografía y poco más. Ahora, obviamente, ha cambiado todo mucho y cada vez el cambio es a mayor velocidad, pero es lo que toca si queremos ser un país más formado y con capacidad para adaptarse a los tiempos».

Una celebración de futuro

El alcalde de la localidad señala que la implantación del centro cambió la estructura social de Cheste. «Fue un revulsivo para la localidad y muy positivo recibir a multitud de personas con una cualificación muy alta que no existía hasta ese momento. Muchas se quedaron en el pueblo. De repente, el nivel educativo de la población en general empezó a subir mucho, en parte gracias a la escuela de Magisterio, que ofreció a muchas personas la oportunidad de estudiar».

Medio siglo después, el complejo todavía tiene capacidad para dos mil personas más en sus instalaciones, que según asegura su gerente, están infrautilizadas. En cambio, Morell se enfoca hacia el futuro y las oportunidades de mejora que tiene el centro. «Creo que tiene mucho potencial, sobre todo en todo lo que relacionado con la educación y el deporte de élite. Aspiramos a poder atraer a deportistas olímpicos como se está haciendo en Sant Cugat, por ejemplo». «Somos uno de los pocos complejos que tiene campo de rugby, pista de atletismo, todas estas instalaciones cerca y que permite que cualquier disciplina deportiva se pueda entrenar aquí», detalla.