P. G. B., Valencia

Dos familias francesas con hijos afectados por el síndrome de huesos de cristal perdieron la custodia de los menores durante varios meses al sospechar los médicos que los niños habían sufrido malos tratos por parte de los progenitores, aunque posteriormente y tras varios estudios se acreditó que los niños sufrían esta rarísima enfermedad.

El primer caso ocurrió en 1995. Los padres perdieron durante dos meses la custodia de su hija como consecuencia de un error diagnóstico. Nourredine y Djamila Bouricha acudieron al hospital Debrouse de Lyon porque su hija Camélia, que entonces tenía 22 meses, sufría fracturas de repetición. En el hospital consideraron que las lesiones eran resultado de malos tratos y la pequeña fue puesta bajo la custodia de los servicios sociales. La familia recuperó la custodia de la niña tras volver a sufrir fracturas en el hospital en el que estaba ingresada.

El segundo caso ocurrió en el mismo hospital de Lyon el 2004 con un bebé afectado por la misma enfermedad cuyos padres perdieron la custodia durante tres meses.