P. G. B., Valencia

El hallazgo, por parte de un agente de vigilancia medioambiental, de un pato muerto que flotaba hinchado en aguas de la Albufera desató ayer la alarma en la conselleria de Territorio al ser el primer cadáver de ave acuática aparecido en el lago desde que se declaró zona de especial protección el pasado mes de noviembre, según ha podido saber Levante-EMV de fuentes próximas a la Generalitat.

Los veterinarios de la conselleria tomaron muestras del animal y las remitieron a los laboratorios del IVIA, de la conselleria de Agricultura y al de Algete, donde la Administración del Estado ha centralizado los análisis que permiten diagnosticar la presencia del virus de la gripe aviaria.

El pato no tenía indicio alguno de estar afectado por el fatídico virus, según indicaron a este periódico fuentes fidedignas consultadas, si bien los resultados de los análisis orientarán sobre la causa de su muerte.

Por otra parte, la conselleria de Territorio informó ayer que el Centro de Recuperación de El Saler recibió un ejemplar muerto de un porrón común, que había fallecido por la ingesta de plomo procedentes de perdigones de caza. El departamento h indicado que hasta el momento se ha remitido al Ministerio de Agricultura más de 300 muestras de ejemplares procedentes de humedales de toda la Comunidad y todos han dado negativos.

Por otra parte, el servicio de recogida de aves muertas de la conselleria de Agricultura ha recibido 60 animales en los últimos dos días, uno de un gato.

La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, manifestó ayer en Valencia que España «tiene todos los mecanismos de prevención» de la gripe aviaria en funcionamiento y recalcó que la población «no tiene por qué estar preocupada», al tiempo que señaló que la vigilancia «se ha intensificado mucho».