Juanjo García Gómez, Valencia

El presidente de la comisión de investigación sobre el accidente de metro que el 3 de julio causó la muerte de 43 personas, el popular Rafael Maluenda, la armó ayer en la sesión convocada a las 13 horas para verificar la recepción de la documentación solicitada a la Administración, la víspera del inicio hoy de las comparecencias. Maluenda se extendió media hora para detallar una a una la llegada de los papeles -en tres archivadores dentro de sendas bolsas de papel- y reiterar hasta en seis ocasiones la felicitación al Consell por la «prontitud» y «diligencia» en el envío pero, cuando la oposición le pidió intervenir para denunciar que, en contra de lo que había manifestado, no tenía los papeles, se negó a darle la palabra, lo que desembocó en un enfrentamiento a gritos entre el popular y los diputados socialistas y de Esquerra Unida, mientras el resto de comisionados del PP miraba atónito al presidente sin entender cómo se había metido en semejante jardín.

Lo cierto es que en la carpeta amarilla de los diputados había sólo 8 documentos (de un interés accesorio según la oposición) de los 48 pedidos, mientras el grueso, incluyendo los 39 pedidos a FGV, estaba en los archivadores. Unos papeles que iban a repartirse, se dijo, en cuanto los servicios de la Cámara hicieran fotocopias. Los ejemplares, sin embargo, no llegaron hasta las 19.06 horas a EU y poco después, al PSPV. En el grupo socialista ya no había nadie para firmar la recepción. En total, menos de 15 horas para poder analizar los papeles sobre el accidente de metro más grave en España y el cuarto en el mundo, antes de las comparecencias hoy a partir de las 10 de la mañana. Quince horas que incluyen cena, sueño, desayuno y desplazamientos. Y eso que la documentación es la que decidió el PP que se solicitara, con lo que el Consell podía tener perfectamente preparadas las fotocopias.

Este hecho, unido al incidente de la mañana, no hacen presagiar nada buen para el desarrollo de la comisión. El incidente se produjo después de que el portavoz adjunto del PSPV Andrés Perelló pidiera la palabra ante el «shock de autoalabanza» que a su juicio había protagonizado Maluenda. Este reaccionó de manera desaforada, mandando callar a la oposición, llamando al orden al también portavoz adjunto del PSPV Antoni Such y haciendo bajar de al mesa al secretario, el socialista José Camarasa, si quería intervenir. Pero no dio pie. «¡He dicho que se levanta la sesión y se levanta!», sentenció, argumentando que la sesión era informativa del presidente y no para debatir con él. Ya con la comisión levantada, diputados del PSPV, de pie, se enzarzaron en una trifulca con Maluenda. «¡Pero esto qué es!», clamaba Perelló, mientras el popular le decía que cuando fuera presidente podría hacer lo mismo.

Diputados del PP también lo critican

Los diputados del PP, cuyo semblante lo decía todo, dejaron solo al presidente. En privado, criticaron su actuación, al entender que al dar pie al incidente había dado armas a la oposición, en lugar de haber concedido un breve turno a todos los grupos. Ya en pasillos, el portavoz de EU, Joan Ribó, denunció que la oposición no había recibido «ni el 10% de la documentación» y constató que la falta de éstos «impide cualquier investigación seria». A su juicio, el PP «objetivamente está impidiendo que se investigue el accidente». El portavoz popular, Serafín Castellano, quien intentó serenar los ánimos, dijo no querer entrar en el «juego» de los «numeritos teatreros» y esgrimió que, si algún grupo quería un documento, se le podía adelantar.