J. A. Blay, Madrid. corresponsal

Javier Pérez Fortea, consejero-director general de Cintra, aseguró que la nueva infraestructura «pretende captar el 20% del tráfico actual de la A-3, entre Madrid y Atalaya, y de la N-301, entre Ocaña y La Roda, una vía muy saturada por el tráfico pesado».

Ese porcentaje, puntualizó, «supone alrededor de 7.000 vehículos al día dentro de una media anual. Pero tenemos capacidad para asumir un tráfico tres veces superior».

La elección de la nueva autopista representa la misma distancia entre Madrid y Alicante, mientras que hasta Valencia supone recorrer 35 kilómetros más, según los datos facilitados por Cintra.

Esta empresa pone en valor el hecho de que esta opción «representa descartar los atascos habituales de la A-3». De hecho, su campaña electoral se basa en esa idea con el lema «¡Escápate del gran atasco!».

La empresa que explotará la nueva AP-36 (Cintra, 50%, Europistas, un 40%, Budimex, un 5%, y la Kutxa, un 5%) tiene un periodo de concesión de 36 años, ampliables hasta cuatro más en función de determinadas condiciones. La orden ministerial de concesión lleva fecha de 13 de febrero de 2004 por lo que la concesión se prolongará hasta el año 2040.

Esta infraestructura es la primera de una serie de concesiones para la construcción de autopistas de peaje que realizó el anterior Gobierno del PP siendo Francisco Álvarez-Cascos ministro de Fomento. La construcción se ha realizado en 18 meses y ha supuesto una inversión de 565 millones de euros.

Cintra gestiona en la actualidad 21 autopistas de peaje con más de 2.000 km de longitud en España, Portugal, Irlanda, Italia, Chile, Canadá y Estados Unidos. La empresa gestiona, también, más de 230.000 plazas de estacionamiento.