E. Press/ R. L., Valencia

La Audiencia de Valencia ha condenado a un ginecólogo y a su aseguradora a que indemnicen por secuelas y daños morales con 1.200.000 euros a una mujer que lo denunció al considerar que no actuó con la diligencia debida en el parto por no extraer el feto de la forma más efectiva, lo que provocó al bebé una asfixia que desembocó en una parálisis cerebral.

La sala desestima así el recurso de apelación interpuesto por el médico contra la sentencia fechada el 3 de octubre de 2005 que le condenaba a pagar, tanto a él como a su aseguradora y a la Generalitat, como responsable civil subsidiaria, 1.200.000 euros por una falta de lesiones imprudentes.

El especialista negó que las secuelas del bebé fueran determinadas por una negligencia y planteaba que las lesiones que padeció pudieron ser previas o posteriores al parto y no perinatales.

Los hechos se remontan al 22 de septiembre de 1998, cuando la denunciante, que estaba ingresada en el Hospital Lluís Alcanyís de Xàtiva, sufrió problemas en el momento del parto, ya que el feto rotó de forma espontánea.

Espátulas y fórceps

El médico que lo asistía decidió recurrir al uso de espátulas y fórceps, en lugar de practicarle una cesárea, lo que originó al bebé una parálisis cerebral, según la sala.

La madre denunció al facultativo. La sala recurrió a informes de médicos y a testimonios de pediatras, que coincidieron en que el uso de fórceps en lugar de practicar una cesárea a la mujer fue «incorrecto» y «excesivo» .

El tribunal también tiene en cuenta el informe de un forense, quien precisaba que, pese a que no existieron indicios de sufrimiento fetal, la posición «inhabitual» y «difícil» del feto «aconsejaba» la práctica de una cesárea.

Además señala que las lesiones neurológicas «no pudieron ocasionarse durante el embarazo por la diabetes gestacional de la madre, sino de naturaleza traumática y derivadas de la extracción» .