Pilar G. del Burgo, Valencia

Un portavoz autorizado de la conselleria explicó que desde el pasado mes de febrero el Mysoline forma parte de los medicamentos denominados de «laguna terapéutica» lo que significa que es un fármaco sin competencia o, lo que es lo mismo, que no hay ningún otro con los mismos efectos anticonvulsivos.

Frenta a las razones que sostiene la conselleria sobre el desabastecimiento, entre las que citan fallos en la cadena de producción o la propia política del laboratorio, el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia, Javier Climent, declaró a este rotativo que la falta de suministro de Mysoline puede obedecer a una estrategia comercial del laboratorio fabricante al haber denegado el Ministerio de Sanidad un aumento del precio de venta al público del mismo, lo que puede haberle llevado a restringir su abastecimiento en España para obligar a la Administración a adquirirlo en otros países de la Unión Europea donde es más caro, como ha sucedido.

Un fármaco muy barato

Climent agregó que el Mysoline es tan barato que «raya el límite de lo que es rentable para el laboratorio». De hecho, un envase de 30 comprimidos cuesta 1,5 euros y uno de 100 comprimidos, el doble.

Para acabar con esta situación que se arrastra desde febrero, el presidente ha pedido que se autorice la elaboración de la fórmula magistral de este medicamento para tener acceso al principio activo y evitar la angustia de los pacientes ante la falta de envases.

La presidenta de la Asociación de Epilepsia de la Comunitat Valenciana, Llanos Sólvez, calificó la situación de «lamentable». Los afectados tuvieron conocimiento de que las farmacias carecían de este medicamento en junio, tras recibir las quejas de varios afectados que deben tomarlo dos veces al día para controlar las crisis.

Desde la asociación de Valencia se informó a la Federación nacional de lo que ocurría y la presidenta, Ascensión Jiménez, confirmó que se trataba de un problema que afectaba a todas las comunidades y que ya habían habilitado una vía alternativa para acceder al medicamento: el neurólogo o médico de centro de salud hacía un informe que se envía a la inspección por vía urgente y a la Agencia Española del Medicamento y en dos días el Mysoline está a disposición del paciente en el centro de salud.

La presidenta de la Federación aseguró a sus compañeros de Valencia que el propio laboratorio había confirmado que no había existencias.

Por su parte, la presidenta de Valencia se enteró a través de internet de una nota que había emitido la conselleria de Sanidad en la que alertaba a la Agencia Española del desabastecimiento, «pero ni a la asociación ni a los propios médicos nos habían informado de nada y eso me parece grave».