J.S.,Valencia

En la operación, la compañía ha empleado en ocasiones equipos de infrarrojos y helicópteros sin olvidar los métodos tradicionales como la poda de los árboles que corren el riesgo de contactar con los cables eléctricos.

Según hizo público ayer Iberdrola, la compañía ha inspeccionado 2.300 kilómetros de líneas aéreas de muy alta tensión, 500 kilómetros de alta tensión y 4.700 kilómetros de media tensión, y ha prestado «especial atención a aquellas líneas con más riesgo de sufrir incidencias por las puntas de demanda de energía eléctrica y por las inclemencias meteorológicas».

Además de la revisión obligatoria de las líneas de muy alta tensión, Iberdrola ha desarrollado «por iniciativa propia» otro proyecto para analizar cerca de 5.800 kilómetros de sus líneas aéreas basado en el reconocimiento exhaustivo de todos los elementos de estas instalaciones eléctricas, analizando uno a uno todos los apoyos y efectuando las mediciones necesarias para la detección de posibles anomalías».

En helicóptero

La empresa eléctrica ha procedido a revisar por infrarrojos mediante análisis termodinámico otros 1.000 kilómetros de líneas. Esta acción, llevada a cabo en los meses previos al invierno, consiste en el reconocimiento de estas infraestructuras mediante cámaras termigráficas transportadas en helicóptero o por un equipo de operadores a pie.

La revisión permite medir la temperatura de las instalaciones, lo que avanza los puntos que mantienen «temperaturas inadecuadamente altas» y que son los primeros en sufrir un mal funcionamiento en episodios de punta de demanda.

La compañía espera reducir en un 20% el tiempo de interrupción de las líneas mejorando la calidad del suministro.