Mónica Ros, Valencia

Ellas se quieren quedar en la zona del conflicto por lo que serán desplazadas, en principio, a una zona de refugiados, aunque "no hay nada seguro en una situación como ésta".

Sin embargo, la religiosa valenciana Carmen Azcárraga ha recibido una orden bien diferente: no moverse de Guelengdeng, poblado donde se encuentra junto con otras tres religiosas (otra española, una chadiana y una francesa). Así lo aseguró ayer la Secretaria Provincial de esta orden que tiene sus sede en Barcelona. Sin embargo, el principal problema es que las religiosas se encuentran completamente incomunicadas ya que el "telefono camerunés que tenían no les funciona". Así, en el poblado "están seguras porque los rebeldes van hacia la capital. Lo importante es que las misioneras no vayan de un sitio a otro. Si se quedan donde están no hay peligro alguno para ellas, aunque estén incomunicadas". Aún así, la Secretaria Provincial de la orden afirmó desde Barcelona que "en un conflicto así siempre te preocupas".

Inquietud desde Godella

Desde Valencia, la directora del Sagrado Corazón de Godella, afirmó que "la situación es crítica", pero hizo hincapié en destacar que Carmenchu, como la llaman las hermanas de forma cariñosa, "no piensa volver de Chad".

Las religiosas de Valencia la conocen bien ya que Carmen Azcárraga fue directora de este colegio. Por ello, las cualidades de la misionera se suceden una tras otra cuando las hermanas hablan de ella. "Carmenchu es una persona muy sencilla, enormemente cordial, muy buena y muy eficaz. Pero muy callada. Ella trabaja y trabaja pero no es de las que luego van diciendo todo lo que ha hecho", comentó Cristina, la directora del centro educativo. La religiosa, de 75 años es una persona "muy fuerte y muy lista. Ella lleva muchos años en Chad y no piensa moverse de allí. Nosotras estamos con ella. Es una mujer fuerte y valiente. Y lo demuestra a diario".