Carlos Alós, Valencia

La competición de aviones, que destaca por la espectacularidad de las acrobacias aéreas que realizan una docena de aparatos, llegará a Valencia con toda probabilidad a finales del próximo mes de septiembre.

La organización, la firma Red Bull, que también cuenta con un equipo de Fórmula Uno, acordó con el consistorio que presidía el hoy ministro de Industria Joan Clos que la prueba generara un coste cero para las arcas municipales, según ha podido saber este diario. Sin embargo, Valencia está dispuesta a pagar el canon que la firma tiene estipulado con las ciudades que optan a ser sede por los derechos de la prueba y que, según varias fuentes consultadas, alcanza los tres millones de euros. En 2006, el consistorio de la capital catalana únicamente se hizo cargo de los servicios originados por la celebración de la competición, es decir los relativos a transporte, seguridad o limpieza ya que la prueba reunió a más de medio millón de espectadores, pero no abonó ninguna cantidad en concepto de derechos por la carrera.

Impacto publicitario

La organización del evento decidió eximir a Barcelona del pago del canon ya que consideró que el mero hecho de celebrar por primera vez una prueba de este tipo en España y más en una ciudad como Barcelona supondría un importante impacto publicitario. Por la misma razón, la firma organizadora también corrió con los gastos que genera la instalación de la infraestructura necesaria para cada carrera.

La celebración de esa prueba fue un empeño personal del entonces alcalde Clos que meses después dejaría la alcaldía para entrar a formar parte del Gobierno de Zapatero. Sin embargo, su relevo, el también socialista Jordi Hereu, ya no mostró tanto interés por la prueba y la segunda edición que se iba a celebrar en 2007 fue cancelada a dos meses de su celebración. Para esta segunda edición, Red Bull ya reclamó a la ciudad que abonara el canon, establecido entonces en 2,5 millones, pero la presión de los socios del PSC en el consistorio, Iniciativa y ERC, y de las asociaciones de vecinos que criticaban el impacto acústico y medioambiental provocaron la suspensión que finalmente se produjo después de que la empresa no aceptara que se reforzaran las medidas de seguridad de 2006.

Sin embargo, la Red Bull Air Race es una carrera aérea muy especial. Nació por voluntad personal del millonario propietario de la Red Bull y se trata de una de las pruebas aéreas más importantes del calendario deportivo mundial ya que se celebra en Londres y Oporto con gran éxito de público.