"La pobreza extrema y la cultura machista que no valora a la mujer son claves que se han de afrontar si no queremos reproducir el círculo de la desintegración. Somos víctimas de víctimas, de padres que no respetan ningún modelo familiar. Los hijos no han sido educados en la afectividad y reproducen los mismos esquemas. Las mujeres son objetos más que sujetos y eso se ha de combatir con la educación", insiste el responsable de la Comunidad Esperanza de Cobán.

Para Godoy, "que las mujeres tomen las riendas de su historia y se rebelen" es requisito indispensable para el cambio. También lo es combatir la pobreza con calidad educativa, a través de la valoración del maestro: "¿Qué puede hacer una maestra con 60 niños de distintos niveles por aula, con estómagos vacíos y muchas deficiencias, poco motivados por las condiciones y salarios que apenas cubren las necesidades muy básicas de dos semanas?"