P. G. del Burgo, Valencia

Fueron los propios trabajadores sanitarios de la Unidad de Judiciales del hospital General de Valencia quienes se opusieron a que se instalaran en las habitaciones las camas con sistema eléctrico remitidas por Instituciones Penitenciarias, al considerar que el cable del mando a distancia del mobiliario era un elemento inseguro que podía dar lugar a situaciones de peligro tanto para el propio personal como para los internos.

De hecho fueron los propios empleados de la Unidad quienes expusieron en un escrito dirigido al Comité de empresa el riesgo que entraña la colocación de las camas eléctricas en un pabellón que ha sido absolutamente reformado para que se cumplan todas las medidas de seguridad.

"Las camas están en el sótano porque nosotros dijimos que tenían riesgo y paralizamos su colocación", declaró un portavoz de los delegados de prevención. Las mismas fuentes indicaron que en las siete habitaciones se han instalado camas mecánicas -no las eléctricas, como ayer informó el propio hospital- "homologadas que cumplen todos los requisitos".

Las antiguas habitaciones dobles se han convertido ahora en estancias individuales. Además se ha reforzado la dotación policial, al contar con cinco policías en vez de los tres de antes.

El escrito de los trabajadores de la Unidad fue valorado por el Comité de empresa, que a su vez lo derivó a los delegados de prevención quienes decidieron pedir al servicio de prevención una evaluación técnica de las condiciones de trabajo a fin de subsanar los errores que puedan detectarse.

Por otra parte fuentes del hospital indicaron que no hay ninguna prohibición de tener camas con cables en las unidades de judiciales, de hecho, otros hospitales de Madrid las tienen porque cuando entra el profesional a atender al preso siempre lo hace acompañado de un policía.