Pedro Agramunt

E s la seña de identidad del candidato del Partido Popular por la provincia de Valencia, Esteban González Pons. Con V de valencianos y con V de victoria popular. Porque en estas elecciones no sólo votamos para elegir un nuevo Congreso de los Diputados y un nuevo Senado, además de un nuevo Gobierno de España. También nos jugamos, de modo especial, el futuro de los valencianos. Nos jugamos el agua,el tren de alta velocidad a Madrid y a la frontera francesa, nos jugamos tener una seguridad suficiente para todos, nos jugamos la financiación necesaria para los cinco millones de valencianos que somos ya.

María Teresa nunca visitó las instalaciones de la Copa América, no estuvo una sola vez en dicha competición, pero siempre encontró tiempo para acudir a la Expo de Zaragoza, lo que es normal, pero también lo hubiera sido que viniera por aquí, aunque hubiera venido en avión militar. Claro que entonces aun no sabía que seria candidata por esta tierra y probablemente deseaba serlo por la ciudad del Ebro. Ya veremos su actitud de verdad, tras las elecciones, con la Formula 1. El Gobierno Z-María Teresa ha recurrido el régimen económico matrimonial del derecho foral civil valenciano pactado en Les Corts Valencianes por el PP, Esquerra Unida y Comprimís (Bloc-IPV), ha discriminado en los PGE a la Comunitat en materia de inversiones, incluso en cuestiones siempre reivindicadas por la izquierda, como en medio ambiente, inversiones en ferrocarril, políticas sociales, etc. En el otro lado de la orilla del mundo valencianista, el denominado valencianismo de izquierdas o "pro catalanista" indudablemente no confiará en una candidata, Fernández de la Vega, que ni habla ni piensa en valenciano, y ni mucho menos ejerce de valenciana en sus esferas ilimitadas de poder. Desde su privilegiada posición en el Consejo de Ministros durante 4 años ha dado la espalda a las demandas de los ciudadanos de la Comunidad Valenciana. Y sigue sin aceptar un debate que hasta Zapatero aceptó y perdió.