La urbanización de Colinas de San Antonio de Benagéber, donde está ubicado el edificio de Arabesco, es un remanso de paz formado por viviendas unifamiliares. Sus vecinos temen ahora que se rompa esa tranquilidad con la construcción de un supermercado y un restaurante de comida rápida en la parcela que todavía hoy ocupan los restos de la antigua discoteca. Su principal preocupación no es que pueda haber un exceso de gente, sino que el tráfico pueda colapsar la rotonda de entrada que compartirán el área residencial y la nueva zona comercial.

El martes comenzó el derribo del que fue uno de los «templos» de la noche valenciana en los años 90 para su reconversión y las reacciones no se han hecho esperar. «Es una rotonda muy pequeña y la entrada es complicada si hay mucho paso», explicaba ayer a Levante-EMV José, que lleva 14 años viviendo en esa urbanización y también mostraba sus dudas sobre el futuro aparcamiento de la zona. En un sentido similar se expresaba Quique, que tiene que pasar diariamente por ese enlace para llegar hasta la Fuente del Jarro, donde trabaja: «Si vas por esa carretera no hace falta meterse en la CV-35 y comerse todo el atasco.... veremos cómo lo hacen», señalaba.

En cuanto a las facilidades que podría dar el nuevo supermercado de la compañía valenciana Family Cash no se muestran muy entusiasmados. «Habrá que probarlo si es más barato, pero aquí ya tenemos servicios sin problemas -a escasos metros de la zona hay un Consum-», incide José. En cuanto a la cadena de restauración que se espera que se implante a finales de año, simplemente espera «que no se convierta en algo tipo Kinépolis, porque puede que sea molesto». «Habrá menos tranquilidad, pero si está controlado y la gente no se desmadra, no habrá problema», añade José.

Otra cosa es el edificio en sí mismo. «Es una lástima que se tire abajo, porque se podría haber aprovechado para una residencia o algo así», lamentaba Chelo, que también vive desde hace más de una década en Colinas.

Todavía sin licencia de obra

El alcalde de San Antonio de Benagéber, Enrique Santafosta (Aisab), insistió ayer en que el consistorio todavía no ha dado la licencia de obra para el supermercado y que los técnicos de Urbanismo estarán pendientes de que el nuevo proyecto cumpla estrictamente con el Plan General de Ordenación Urbana. Eso sí, recordó que la parcela es de titularidad privada y habilitada para unos usos terciarios determinados, con lo que si cumplen con la normativa no es de su competencia establecer lo que se hace con el antiguo edificio de Arabesco. «Claro que nos gustaría haberlo convertido en una gran Casa de la Cultura o mantener la fachada, pero no está en nuestras manos», justificó.

Respecto al posible colapso de los accesos, aseguró que próximamente hará una consulta informativa con los vecinos de la zona y que en caso de que hubiera problemas se plantearía a las compañías que explotarán la parcela la adecuación de dichos tramos. «Velaremos para que los vecinos no salgan perjudicados y no haya problemas de tráfico ni de aparcamiento», sostuvo.

Por su parte, el portavoz de la oposición, Ramón Orozco (Plataforma-Guanyem SAB-Compromís), denunció la «falta de transparencia y escasa información» brindada por el equipo de gobierno municipal en tanto a las gestiones que se han realizado respecto a la reconversión de la discoteca.