El nuevo programa informático, Cicerone 19 que se instaló hace un par de semanas en los Juzgados de Llíria, provocó un colapso en el sistema, agotando la paciencia de sus trabajadores. Este impedimento, no permite a los funcionarios cumplir con su empleo de una manera correcta. Ante esta situación, los propios operarios decidieron hacer un parón de cinco minutos cada vez que se bloquee la nueva programación. Aunque ayer los trabajadores del juzgado ya realizaron el primer parón, esta acción se repetirá en el futuro cada vez que ocurra una caída en el sistema, según informa el sindicato CSI-F mediante un comunicado.

?Todo empezó cuando los informáticos instalaron el nuevo programa de Cicerone. La actualización del sistema traía consigo otras novedades, como la duplicación de monitores cuando hasta entonces solo operaban con una pantalla. Fue entonces, cuando los operarios informáticos avisaron que el cableado de las instalaciones era analógico y que era necesario que fuese digital para que. Este es el principal problema por el que ocurren los colapsos del sistema, ya que dicho cableado no soporta la nueva programación. «Se queda en blanco, no podemos atender a la gente. Cuando haces una gestión y se bloquea, vuelves a entrar y se ha borrado todo» cuenta una de las funcionarias afectadas. «El trabajo se nos acumula y los abogados se quejan porque no los podemos atender. Nosotros queremos trabajar pero es indiferente que estemos delante de los ordenadores, como que estemos aquí fuera» dice la empleada del tribunal local. A pesar de haberse puesto en contacto con la Consellería de Justicia no han obtenido respuesta, a pesar de los intentos desde el Ayuntamiento edetano.

?«Los juzgados han ido creciendo y el edificio no tiene capacidad, por falta de espacio y por una infraestructura obsoleta» explicó Dolores Giménez, delegada de prevención del comité de seguridad y salud territorial de Intersindical. «Es el sexto juzgado con mayor volumen de trabajo en España, superan el 300% de carga habitual y sin sustituciones» detalló la sindicalista que realizó el grave informe de riesgos laborales hace casi tres años, que ya advertía de las malas condiciones laborales.