Plié, relevé... son dos palabras francesas vinculadas al mundo del ballet que ya se conocen muy bien en Riba-roja de Túria. Y es que ya son 25 los años que cumple este 2018 el Conservatorio Profesional de Danza de este municipio del Camp de Túria. Un cuarto de siglo en el que se han formado más de 900 bailarines que ahora actúan en los escenarios de toda España, enseñan este bello arte a pequeños y adolescentes o preparan las coreografías con las que se deleitan miles de espectadores. Y para ello, el próximo viernes ofrecerán una gala especial con la participación de bailarines referentes de talla internacional ante un público que se espera que llene las 800 butacas del Auditorio de este centro municipal.

«En toda la Comunitat Valenciana está muy arraigada la música, y en Riba-roja la danza, además, es algo muy singular», revela Amparo Ruiz, directora del conservatorio desde hace diez años. Precisamente, este centro, que comparte edificio con el Conservatorio Profesional de Música del mismo municipio -con el que Ruiz asegura que van de la mano y aplican múltiples sinergias-, se ha convertido en un referente «no sólo para Riba-roja, sino para toda la comarca», refrenda la directora.

A día de hoy alrededor de 250 chicos y chicas -sin incluir los de la escuela que va desde los 3 hasta los 7 años- cursan sus estudios allí en alguna de las dos especialidades que oferta el centro: Clásico y Español. Casi todos tienen un sueño en común: llegar a ser bailarines profesionales. Y Ruiz da fe de que un buen número de los que allí se han formado lo han logrado: «Tenemos muchos exalumnos coreografiando, bailando profesionalmente... En todas las generaciones nos ha salido gente que vive del ballet».

Estos chicos y chicas, antes de llegar a ese punto en el que alcanzan su gran reto, han de pasar por cuatro cursos elementales y otros seis profesionales. En cada uno de ellos han de ir a clase de lunes a viernes, cinco días entre los que se reparten las 22 horas lectivas semanales que reciben. Y todo ello han de compaginarlo con las lecciones escolares convencionales, los deberes y, por supuesto, su vida social. «Quien viene al conservatorio es porque realmente le gusta. Normalmente, quien empieza los estudios aguanta hasta terminarlos porque se trata de algo vocacional», matiza Ruiz.

La mayoría de los estudiantes del conservatorio son chicas. Ahí ha jugado un factor fundamental la presión social, que tradicionalmente ha alejado a los hombres de la danza. Sin embargo, la presencia del sexo masculino en el sector ya se está convirtiendo en algo más habitual. Películas como Billy Elliot han conseguido derribar algunas barreras y, como muestra, el centro cuenta actualmente con una veintena de alumnos chicos. Es más, su directora advierte de que «cada vez se ve más niños a edades tempranas que quieren aprender a bailar». «Lo mejor es que hagan lo que a ellos les gusta. Si quieren jugar a fútbol, que jueguen; pero si les gusta bailar, que lo puedan hacer también», insiste Ruiz.

¿Y qué valores aporta la danza a la formación de estos jóvenes? Amparo Ruiz apunta sobre todo el valor que dan al trabajo en equipo. «Desde bien pequeñitos aprenden a vivir y aprenden las normas en colectividad», explica. «Se trata de niños y niñas tremendamente responsables y organizados, que además en su mayoría suelen ser muy buenos alumnos en el colegio y que no dejan perder ni un segundo», añade la directora. Unas cualidades que, además, según advierte Ruiz, aprecian los padres y madres de estos jóvenes: «Suelen valorar la disciplina y el nivel de sacrificio que tienen sus hijos, y es algo que descubren cuando vienen aquí».

Gala por el 25 aniversario

Durante todo el año, el conservatorio ha ido realizando múltiples actos para celebrar este 25 aniversario, que culminarán con una gran gala que tendrá lugar el viernes 4 de mayo. Para la cita, los alumnos del centro han preparado dos obras representativas de las dos especialidades que imparten, que contarán con la participación de figuras de talla internacional.

Los estudiantes de danza española interpretarán las piezas más relevantes de Fuenteovejuna, con las actuaciones en los solos de los bailarines Silvia Vidal y Álvaro Madrid, de la Compañía Antonio Gades. Mientras, los alumnos de repertorio clásico ofrecerán Paquita a los asistentes -con música en directo del Conservatorio Profesional de Música de Riba-roja- con los solistas de la Compañía Nacional de Portugal Carlos Pinillos y Filipa de Castro.

El próximo viernes, 4 de mayo, estos jóvenes homenajearán con sus bailes a más de 900 estudiantes que han pasado por el centro durante sus 25 años de historia. El ritmo se respirará en el ambiente, las tablas del escenario retumbarán al son de los pasos de los bailarines y las bailarinas, los toques de castañuelas contagiarán al público y los artistas estilizarán sus figuras posando sus puntillas sobre el tablado. Y todo ello para confirmar la buena salud de que goza el Conservatorio Profesional de Danza de Riba-roja y para que plié y relevé sigan sonando durante muchos años más a orillas del Turia.