Con una deuda viva in crescendo que supera los 6.000 euros por habitante y multiplica por siete su presupuesto anual, Vallada se sitúa entre los diez pueblos más endeudados de España. El escenario de emergencia por el que transita el ayuntamiento, señalado como «inasumible» por el propio interventor municipal, ha forzado al consistorio a pedir una suerte de rescate al Ministerio de Hacienda para poder financiar la devolución de los préstamos contraídos de aquí a 2025. Si Madrid acepta la solicitud, la corporación se compromete a mantener la línea de severa subida de impuestos y recortes en servicios público emprendida hace tres años, cuando el Plan Montoro destapó una deuda de 20 millones tras el naufragio de Valpark. Si no la acepta, la quiebra se cierne sobre las finanzas municipales. En este contexto ha nacido la plataforma Això No ho Pague Jo, un grupo de vecinos de Vallada que reclama que la deuda „y sus consecuencias„sea asumida «por aquella persona o personas que la han producido o consentido», indican, en referencia a quienes mantienen una actitud acrítica respecto a la gestión de los últimos años. El colectivo ha emprendido una campaña de recogida de firmas que emplaza a los ciudadanos a posicionarse en torno a las políticas que han conducido a la corporación municipal, según la asociación, a la «ruina económica» y a la «bancarrota financiera» . En una primera tanda, los miembros de la Plataforma recogieron en septiembre 51 firmas y en una segunda confían llegar como mucho a las 200, una cifra que ven más que insuficiente. Según éstos, la iniciativa revela hasta qué punto gran parte de los vecinos prefieren mirar hacia otro lado. «Desde la Plataforma queremos tranquilizar a los acreedores: 3.000 personas de Vallada quieren pagar toda la deuda con amor y alegría», apuntan en un comunicado no exento de ironía.
Exigen responsables
La entidad abre la puerta a ser un conglomerado de partidos políticos «responsables», aunque responsabiliza directamente al PP local de la crítica situación económica actual. La plataforma recalca que la deuda «ha de pagarse» y sostiene que no hacerlo es «inmoral» pero también subraya que «igual de inmoral es hacer pagar a todos los vecinos y que paguen justos por pecadores». El colectivo pretende que «de una manera individual» los vecinos expongan su disconformidad con el hecho de hacerse cargo del pasivo, lo que implica «reconocerlo como legítimo», pero dejando claro que las actuales sobrecargas financieras y fiscales no pueden ser asumidas por vecinos que «no ha intervenido, ni apoyado ni consentido todas las actuaciones y decisiones que han causado la descomunal deuda», zanja el escrito.
