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Matisos discordants

Se marchan del casco antiguo de Xàtiva

través de la Iniciativa Cívica por el Centro Histórico de Xàtiva he sabido de una historia personal triste que quiero dar a conocer a través de estas líneas. Hace ya un tiempo, un matrimonio con sus tres hijos, llegaron a Xàtiva y, como tantos forasteros desde hace siglos, quedaron cautivados por la belleza y la historia de la ciudad monumental. Querían vivir en el casco antiguo y alquilaron ilusionados, en un magnífico edificio rehabilitado de la calle Corretgeria, donde antaño estuvo el antiguo almacén de Vila, un apartamento con opción a compra. Para ellos, naturales de otras ciudades, era un privilegio residir en una casa histórica, cerca de varios monumentos nacionales, porque les encanta salir y recorrer calles y plazas con historia en las que muchas generaciones han dejado su huella y levantado valiosas construcciones durante siglos.

Pero el sueño se tornó pronto en pesadilla. No daban crédito a una situación que se repite día tras día en el casco antiguo de Xàtiva y especialmente en la calle Corretgeria, una de las vías principales de la Xàtiva histórica y monumental, que arranca de la plaza de Calixto III, con la Colegiata y el Hospital Major, y en su trazado se encuentra el Museo de Bellas Artes.

El ruido de los coches sobre un desacertado pavimento, al que no se le ha buscado una solución, es insoportable en cualquier punto de la vivienda, produciendo incluso temblores. La falta de educación de los usuarios de los locales de ocio de la cercana plaza del Mercat, en forma de gritos los fines de semana y festivos, a altas horas de la madrugada, la suciedad, los orines en las paredes y esquinas y los coches mal aparcados dificultando el paso, han acabado con su paciencia, además de haber sufrido algún intento de robo en plena calle, lo que ha acrecentado su temor e inseguridad.

Lo que esperaban de Xàtiva y no encontraron.Vinieron al casco antiguo de Xàtiva buscando una calidad de vida que sí existe en otras ciudades históricas españolas y europeas, y se marchan cansados de que nadie, ni siquiera les escuche, ni intente solucionar los problemas a los que se tienen que enfrentar cada día, y la situación se va deteriorando y agravando. Buscarán otro lugar, puede que lejos de Xàtiva, donde puedan vivir con ilusión, donde puedan descansar cuando es hora de descansar y donde los responsables municipales muestren un cuidado y un interés por sus nuevos ciudadanos que quieren integrarse en la sociedad local y aportar su diversidad, enriqueciéndola. Dejarán una calle Corretgeria, al igual que muchos otros lugares del centro histórico de Xàtiva, donde con una acertada política de fomento de la rehabilitación como viviendas de sus antiguos palacios, con espacio para aparcamientos interiores, con un pavimento respetuoso con el entorno, fonoabsorbente, una adecuada regulación del tráfico y la velocidad, así como la habilitación de servicios turísticos y comerciales complementarios al Museo y otros monumentos, se hubiera logrado un espacio histórico recuperado, envidiable y con una impresionante calidad de vida.

Ellos creían en esta posibilidad, pero no han tenido otra opción. Se alejarán de allí por una estrecha acera, con cuidado para que el enésimo coche que circula por la calle Corretgeria a toda velocidad, de manera ensordecedora, no les atropelle. Y tras ellos quedarán allí las casas palacio vacías, desprendiéndose a la calle sus vetustas cornisas, abiertos sus ventanales con cristales rotos, desfondados sus balcones de forja y con conatos de incendio de vez en cuando. ¡Qué pena, y que oportunidad perdida para Xàtiva, sus ciudadanos y para quienes quisieron venir a vivir en el centro histórico y no pudieron!

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