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Unos vándalos decapitan la imagen del patrón de Genovés y le cortan las manos

La localidad almacena dos figuras de reserva tras los numerosos ataques que ha sufrido la escultura en la última década - La talla será repuesta con motivo de la festividad de San Pascual, en mayo

Unos vándalos decapitan la imagen del patrón de Genovés y le cortan las manos

Ha vuelto a ocurrir. La escultura que honra al patrón de Genovés ha sido vícitima de una nueva agresión, obra de un grupo de vándalos cuya identidad se desconoce. La figura, que preside la fuente de entrada al municipio luce decapitada y sin manos desde hace más de tres semanas. Los destrozos obligan a reponer de nuevo una talla que, desde comienzos de siglo, ha tenido que ser reemplazada al menos en cuatro ocasiones anteriores como consecuencia de gamberradas similares. Eso sí, la festividad de San Pascual se celebra en la localidad el 17 de mayo y las autoridades quieren aguardar «hasta el último momento» para proceder al cambio, con tal de evitar más tentaciones a los incívicos. «No hemos querido dar publicidad al ataque para que no se ceben más con la figura», lamenta el teniente de alcalde de Genovés, Joaquín Masip, preguntado ayer por este diario.

Como en anteriores ocasiones, se desconoce quién es el autor de los hechos y cómo los ejecutó. El edil apunta que, con toda probabilidad, los vándalos hicieron uso de las piedras que pueden encontrarse a los pies del patrón para agredirlo. «Siempre actúan a altas horas de la noche; nadie sabe quién ha podido ser. Es imposible», comenta Masip, convencido de que se trata de «una chiquillada» que, una vez, le cuesta cara al pueblo. Y es que no es ni mucho menos la primera vez que se ceban con la figura de San Pascual, situada en lo alto de una fuente erigida en 1777 como un monumento en honor del fraile franciscano. La escultura original permaneció en la hornacina hasta la guerra civil, cuando fue destruida. En la década de los cuarenta, otra imagen reemplazó a la primera, pero a finales de 2003 desapareció misteriosamente sin dejar rastro. Entre ese año y 2006 se sucedieron una cadena de actos vandálicos en torno a la escultura, repuesta en 2005. La nueva talla, obra del artista castellonense Manolo Rodríguez, volvió a ser sustraída apenas tres meses después de su inauguración. Los hechos provocaron la consternación de los vecinos e indignaron a la comunidad religiosa y a la autoridades municipales, a tiempo que todas las indagaciones de la Guardia Civil resultaron infructuosas.

Dos figuras de reserva

La pieza fue hallada meses más tarde pintada de rojo fosforescente en un paraje natural de la localidad. El patrón regresó a su hornacina y los puntos de anclaje a los que estaba sujeto se reforzaron para evitar nuevos hurtos. A los cuatro meses, sin embargo, la imagen amaneció con el rostro desfigurado por una brecha abierta desde el mentón a la nariz, originada por el impacto de un objeto contundente. La talla, de nuevo restaurada, fue a continuación blindada con una reja, una medida de seguridad que tampoco parece disuadir a los gamberros. Hace dos años, volvió a ser atacada y repuesta. La localidad encargó al escultor diversas figuras y hoy por hoy el consistorio confirma que se almacenan dos de reserva «por si acaso». El teniente de alcalde, Joaquín Masip, se muestra preocupado. El clima de vandalismo que hace una década agitó a la población «se paró, pero parece que ha vuelto».

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