El Olímpic engancha. No se lo tomen a broma: el sábado, si no estuvo en la Murta, se perdió una buena oportunidad para chillar con el gol local y salir del campo satisfecho por lo visto y vivido. Tras el partido me encontré con un exprofesional del fútbol. Su conclusión fue que había visto poco fútbol. Es cierto. En algunos parámetros, el Olímpic, y creo que la mayoría de equipos de segunda B, suspendemos, pero creo que aceptamos el fútbol de la segunda B como es. Un compañero de club me dijo que, gracias a eso de los 5 euros, sus amigos han bajado a la Murta en los últimos partidos, y que se han «enganchado». El partido no fue de buen juego (aunque no tengo claro lo que se entiende como buen juego), pero, emocionante, mucho. Y con gol en el último segundo de Mendoza, éxtasis.
La buena marcha del equipo, ser fuertes en casa, ganar partidos o empatarlos ante equipos «grandes», la forma de jugar (corriendo más que el rival) me está haciendo muy llevadera la temporada.
Pero lo positivo no debe hacernos olvidar que lo acontecido con la valla y los aficionados del Huracán no debe volver a repetirse. El susto fue de los grandes, y además con un joven recogepelotas como protagonista. Lo primero, dar gracias a la providencia por no haber pasado nada demasiado serio; lo segundo, animar al joven y a José, que lo pasó realmente mal; lo tercera, no olvidarnos de lo acontecido e intentar hacer lo posible cada uno para que no vuelva a pasar; lo cuarto, que lo pasado no les quite la idea de estar en la Murta este domingo.
Llega otro partidazo: domingo, seis de la tarde, jugamos contra el Villarreal B y otra vez en la Murta. Allí nos vemos.
