El horizonte futbolístico que acompaña al partido Olímpic-Villarreal B de mañana se presenta sombrío como consecuencia de las bajas que nuestro equipo presenta en su línea de flotación, o sea aquella que mantiene el peso del equipo, el bloque defensivo.

El trabajo realizado por José Enrique Sanchis, manager general del club presentando un detallado recurso sobre la expulsión de Belda en el partido ante el Huracán no ha sido aceptado, con lo cual el polivalente jugador se une a la terna de defensas inhabilitados, como son Valiente y Mendoza, además de Rifaterra y posiblemente Kike Alcázar, quién nos aseguró el pasado miércoles que haría todo lo posible por estar útil ante el Villarreal.

Así las cosas, el muro que durante toda la temporada han constituido en gran parte estos futbolistas se ha visto duramente afectado por las descritas ausencias. Hay que esperar por tanto que los posibles sustitutos Mario y Acosta, o quien decida el señor Sandroni, den la debida talla ante el compromiso que representa sustituir a los futbolistas mencionados.

Por lo demás, el equipo ha entrenado bien durante la semana, sorprendiéndonos la predisposición que el mister ha mostrado durante la misma ensayando un fútbol de toque y desmarque, inédito hasta ahora. Cabe recordar que Sandroni anunció a su llegada que era partidario de imponer al equipo un estilo mayormente basado en el juego colectivo dando prioridad al fútbol de ataque, fórmula que se pudo atisbar ligeramente en el partido del pasado domingo y que quizá intente repetir mañana al sentirse liberado de la necesidad de anotar sí o sí los puntos en litigio.

En cuanto al Villarreal, equipo cuyo presidente es muy amigo de Alfonso Rus, ya sabemos que, como buen filial, apostará por ofrecer un juego de primera calidad tal como demanda la política de su equipo matriz cuya andadura por la primera liga española es muy meritoria y ejemplar al representar a una ciudad cuyo núcleo de habitantes es la de menor importancia de la Liga española, pese a lo cual ya sabe lo que significa codearse con lo mejor de Europa sin el más ligero rubor.