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Matisos discordants

Acuerdo para la salvaguarda de la imagen de xàtiva

urante siglos el nombre de Xàtiva fue glosado de manera positiva por cronistas, geógrafos, generales, reyes, literatos, viajeros, eruditos e ilustrados. Textos romanos, árabes y cristianos han quedado para la posterioridad y la imagen de la ciudad, su historia, cultura, monumentos, y sus gentes, han sido siempre, por lo general, ensalzados en ellos.

Hoy asistimos, con consternación, a un episodio triste —al margen de las responsabilidades personales y corporativas que, en su caso, la justicia pueda exigir tras la oportuna investigación, como se da en todo estado democrático— y que está repercutiendo negativamente en la imagen de la antigua e histórica ciudad de Xàtiva.

El nombre de Xàtiva circula, estos días, asociado a una imagen más que negativa en boca de periodistas, presentadores de televisión y se repite día tras día en medios de comunicación de ámbito local, autonómico, nacional e internacional. Además, las nuevas tecnologías posibilitan, en este caso no para bien, a través de Internet y las redes sociales, que la repercusión de esta imagen sea amplísima.

Urge pues una reacción rápida, que debe surgir de la propia ciudad, porque ella no es en absoluto responsable y está por encima como sociedad civilizada —lo ha estado durante más de cuatro siglos desde la Saiti-Saitabi íbera— de sus individuos, incluso de sus personajes ilustres, que en la mayoría de casos no han hecho sino contribuir a engrandecer su nombre y su historia.

Tal vez sea el momento de un gran acuerdo entre todas las fuerzas políticas, con la participación de todos los agentes sociales, económicos y culturales, y el respaldo de las asociaciones civiles y los propios ciudadanos. Un gran pacto para salvaguardar, a partir de hoy y en el futuro, la imagen y el buen nombre de Xàtiva, y cuya firma es necesario que se escenifique como un acto importante en un lugar civil emblemático de su corazón histórico (El Castell, Hospital Major, Torre del Sol o de la Ametla, la Font de la Trinitat?)

Este acuerdo debería ser, moralmente, de obligado cumplimiento para todos aquellos que ostenten alguna representación de esta ciudad y debería leerse o posibilitar su adhesión a la hora de iniciar cualquier mandato o comenzar a desempeñar cualquier función en el ámbito público en relación con la ciudad, y tenerse en cuenta durante todo el periodo. Y si en el ámbito privado cada uno se autoimpone su respeto, la situación ya sería inmejorable.

El pacto por el buen nombre de Xàtiva implicaría abstenerse de cualquier actuación que fuera en detrimento del nombre, la imagen y el prestigio de esta ciudad y, además, debería fomentar que la actuación de sus representantes se encaminará siempre, en la medida de lo posible, a defender, incrementar, engrandecer, difundir, promocionar y dar a conocer de manera positiva la historia, la cultura y la tradición de una sociedad setabense que a lo largo de muchas generaciones llevó con fe y con esfuerzo a su ciudad, en numerosas ocasiones, a las cotas más altas de protagonismo y liderazgo. Y de manera especial, este gran consenso debería incluir la exigencia, a todo representante, de pedir públicamente disculpas a la ciudad si ésta resultase perjudicada en su imagen y nombre, directa o indirectamente, justa o injustamente, a causa de cualquier actuación, noticia o acontecimiento relevantes relacionados con la representación que se le ha otorgado.

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