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Xàtiva y el 24-m: Reflexión ante unas históricas elecciones

Mucho tendremos que investigar los historiadores para reconstruir los irrepetibles y atípicos acontecimientos que estamos viviendo. Ante los comicios de mañana, reflexionamos hoy sobre los hechos que han determinado una campaña electoral que va a pasar a la historia por numerosos motivos. Unos por aflorar de nuevo tendencias inherentes a la historia de España, de la que Xàtiva es fiel reflejo, y otros por presentar unos tristes sucesos que nunca antes se habían dado en la historia política de la capital de la Costera, y que han generado una campaña electoral fantasma por parte del partido en el poder. Desde los tiempos de la Transición, Xàtiva no había contado con tantas fuerzas políticas dispuestas a obtener representación en el salón de plenos.

Regeneracionismo y vocación de servicio público para trabajar por la ciudadanía han sido los estribillos repetidos hasta la saciedad durante la pasada campaña. El primero ya fue inventado por Maura para hacer frente a la corrupción institucionalizada en un país cuajado de caciques, el segundo lo puso de moda José Fabra en Xàtiva, al igual que el término de ciudadanía. Un término que en Francia contó con una previa declaración de derechos antes de aprobar la Constitución de 1791, y que en España nunca se produjo, al pasar de la condición de súbditos a ciudadanos, sin saber lo que ello suponía. En eso la historia se repite, y muchos partidos incluso se apropian del concepto sin saber a ciencia cierta lo que significa, y en el que existe un gran vacío legal que llevaron a los abusos de sobra conocidos.

Como antaño, resurge de nuevo la crisis del bipartidismo, entendida como el fin del monopolio de la cosa pública. La historia de España ha sido siempre cosa de dos, previo pacto, hasta que las nuevas fuerzas emergentes lo han desgastado, junto con las propias luchas intestinas por el poder en el seno de los propios partidos dominantes. Ello ha generado épocas de inestabilidad e incertidumbre. Descartando la época de los pronunciamientos, y los golpes de estado, tal vez sean las elecciones más abiertas, en la que los pequeños partidos puedan tener la llave del poder, y donde serán previsibles todo tipo de coaliciones para poder acceder a la gobernabilidad de Xàtiva.

Nunca una desavenencia familiar había truncado la carrera de un alcalde. De esta forma recuperamos una tradición histórica rota por las aplastantes mayorías absolutas del bipartidismo imperante desde los inicios de la democracia, a lo que se une toda una serie de factores totalmente novedosos, que jamás en la historia se habían producido. Nunca antes una desavenencia familiar basada en la traición había hecho estallar indirectamente la carrera política del alcalde más longevo de la historia de los ayuntamientos constitucionales. Nunca antes había tenido Xàtiva tanta repercusión mediática en medios nacionales de ámbito estatal en tan escaso tiempo, y no precisamente como referente cultural, sino como presunto epicentro de mordidas en las concesiones de obra pública a empresas privadas. Y tampoco, nunca antes, se había visto la reacción de todo un partido para aplastar de forma tan fulminante una hipotética presunción de inocencia. Y nunca antes se había demostrado mejor que en la sociedad actual, los medios de comunicación constituyen un auténtico cuarto poder, a añadir a los tradicionales del ejecutivo, legislativo y judicial

Tampoco nunca antes un partido líder había organizado una campaña tan fantasmagórica, en la que al cabeza de lista se le intuye pero no se le ha visto por ningún lado, al contrario que sus oponentes que se han dado grandes baños de masas, y han aguantado aluviones de preguntas de una ciudadanía insatisfecha a lo largo y ancho de la ciudad, lo que resulta también harto novedoso. Y por primera vez también en la historia de Xàtiva, dos mujeres tienen la remota posibilidad de alcanzar la alcaldía. Una si su cabeza de lista dimite, y gana las elecciones el partido que no le quiere por sus presuntas corruptelas —lo que también sería histórico—, y otra por la izquierda, si su partido se convierte en la lista más votada.

Una historia que aún deparara muchas sorpresas, y a la espera de acontecimientos, arengamos a la población de Xàtiva, a que acuda en masa a las urnas mañana para escribir otra página en la historia, en la que podamos decir que las elecciones locales del 2015 fueron las de mayor participación ciudadana de la historia de Xàtiva, y que así se inicie un proceso judicial de depuración de responsabilidades, donde se devuelva a la ciudad todo lo que presuntamente se le ha robado, y asistamos por fin a una verdadera ley de descuaje del caciquismo, como ya intentara el conservador Maura hace muchos años.

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