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El mirador del Benicadell

La resurrección de sueños democráticos

De pronto, tras el 24M, sueños, ilusiones territoriales y otros proyectos raíces comienzan a vislumbrarse ante un resucitado horizonte. En ello depositaron sus ilusiones mucha de la gente que habita las llamadas Comarques Centrals Valencianes, y que vio como tras aquella primavera que fueron los primeros años de la década de los 90 llegarían los 20 años sin dejar crecer la hierba de esa mayoría dictatorial que ejerció ell PP. Los protagonistas de la iniciativa aún andaban a gatas, o tomando alguna primera comunión, cuando lo de las CCV y el subsiguiente Consorcio a que dio lugar para recaudar los generosos fondos que, por entonces, enviaba la Unión Europea. Lo malo es que pusieron al frente de dicho organismo supracomarcal a alguien que, con el paso del tiempo, se haría famoso por contar billetes de origen dudoso, Alfonso Rus.

El PP liquidó esa fugaz división territorial. Fue él, el ya ex de todo y sobre todo exalcalde de Xàtiva, quien terminaría con dicho Consorcio al no inyectarle oxígeno que lo activara. Y que a tenor de las manifestaciones de abril pasado, cuando los de la alianza decían que iban a prescindir de «nuevas estructuras administrativas innecesarias, como se demostró con el fracaso de un Consorcio de las CCV anacrónico», se sabía que en modo alguno lo reivindicarían ya. Ahora, los nuevos gestores de todo, tienen además la oportunidad de ser la punta de lanza que contribuya a terminar con otra administración anacrónica, la Diputación provincial que, paradójicamente, podría pasar a presidir, en breve, el ontinyentí J. Rodríguez.

Sin embargo, ya el pasado mes de abril, los aún candidatos socialistas de Xàtiva, Roger Cerdà, y de Gandia, Diana Morant, mas los alcaldes de Ontinyent, Jorge Rodríguez, y Alcoi, Toni Francés, firmaban la Alianza de las Comarcas Centrales como aviso de sus intenciones. Una rúbrica que, a la vista del resultado electoral, cabe valorar como un aval del electorado de estas cuatro ciudades a sus ediles, para que lleven a cabo todo lo que en aquel documento se recogía. Y que entre otros proyectos contempla «la reindustrialización e innovación» con el objetivo preferente de «crear empleo estable» asistidos por «las empresas y las universidades». Amén de reivindicaciones históricas como la autovía CV-60 entre l'Olleria y Gandia o la modernización de la línea férrea Xàtiva-Ontinyent-Alcoi. Asuntos todos contemplados y abordados con rigor en el Proyecto Concercost (Plan de promoción socioeconómica y de ordenación territorial de las comarcas centrales valencianas), un manual de 560 páginas, publicado en 2002, con fondos de la UE destinados al programa Terra, que bajo la dirección de Cebrià Molinero contó con nombres de prestigio para su elaboración como Julia Salom, Néstor Novell o Antonio Serrano, entre otros. Ello quiere decir que, salvo las necesarias actualizaciones, el libro sigue siendo una buena guía de ruta. Ignorarlo ahora sería equivalente a dilapidar un precioso capital.

Voz para reivindicar las infraestructuras. Otro escenario donde esta Alianza de alcaldes de las CCV debe tener espacio y voz es en el letargo que sufre el llamado Corredor Mediterráneo, ya que los diferentes gobiernos que se han turnado en la Moncloa se han dedicado a diseñar una España centralista y radial, con menoscabo de las autonomías periféricas. Es el caso del que recientemente se hacía eco la revista El Temps acerca del tren Euromed, que a sus 18 años emplea de València a Barcelona tres horas: lo mimo que en 1997. A este respecto el Concercost ya decía: «En este marco de promesas e incumplimientos hay que situar la problemática del AVE en ancho de vía europeo y su incidencia sobre las Comarcas Centrales». Pue eso mismo.

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