Francisco Franco tiene los días contados como alcalde perpetuo honorífico e hijo predilecto de Xàtiva. La coalición de gobierno que componen PSPV, Compromís y EU podría desposeer al dictador de los honores que ha conservado durante los últimos 69 años en el primer pleno ordinario del nuevo mandato, el inmediatamente posterior al que se celebrará el próximo sábado con carácter extraordinario. Aunque esta posibilidad está siendo examinada „según ha podido saber este diario„aún ha de ser concretada por los diferentes grupos que integran el tripartito, coincidentes a la hora de señalar como prioritaria la medida, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. El pleno municipal aprobó derogar los títulos de Franco el 10 de agosto de 2012 a raíz de una moción de Esquerra Unida, pero la anterior legislatura se cerró sin que se diera cumplimiento al acuerdo. En una acalorada sesión y después de haber tumbado repetidamente con anterioridad la misma propuesta, el ejecutivo del Alfonso Rus accedió ese día a iniciar un expediente para desposeer a Franco de los honores. A cambio, la izquierda debía aceptar un canje: sustituir la denominación de «País Valencià» del callejero por el término «Comunitat Valenciana». Los tres partidos que hoy conforman el gobierno municipal dieron luz verde al trueque, aunque el expediente no se llegó a tramitar y el asunto quedó en al aire: nunca más volvió a abordarse. La plaza del País Valencià sigue teniendo el mismo nombre y Franco continúa como alcalde perpetuo.
Medida «prioritaria»
Tres años más tarde, PSPV, Compromís y EU reúnen los apoyos suficientes para quitarse la espina de aquel cambalache. El alcalde, Roger Cerdà, avanzó hace unos días la idea de que los honores le sean retirados al dictador tan pronto como sea posible en un pleno, a falta de perfilar los aspectos técnicos de la propuesta.
Más allá de esta cuestión, las fuerzas progresistas barajan aprovechar su mayoría en Xàtiva „después de 20 años„ para ahondar en una condena expresa por parte del pleno al régimen franquista, en un reconocimiento a las víctimas del bombardeo de 1939. Fuentes consultadas en el seno del tripartito apuntan otra medida «pendiente»: detectar y retirar los símbolos que aún puedan recordar a la dictadura en las calles.
