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La mar salada y su agua curativa

Hace unos días escuchando el recital de Kiko Veneno en el festival Nits al Castell de Xàtiva cuando regalaba una última canción solicitada a capela por el público, Joselito, y con parte de su letra haciendo referencia a un viaje por alta mar recordé que tenía una deuda pendiente con parte de los miembros fundadores del Centre Excursionista local, Rafa Vidal, Xavi Huerta y Vicent Montaner, grandes defensores de la tierras y mares y que durante sus caminatas consumen agua de bajo tierra y agua de mar. Con tanta mar en una canción, tanta sed, tanta falta de hidratación... mi objetivo editorial de hoy deriva hacia el agua de mar y sus características.

Actualmente ya son muchos los aficionad@s al ciclismo que toman agua de mar tratada como bebida isotónica, debido a que según vademécumes médicos es idéntica al plasma de la sangre donde cohabitan los nuestros necesarios glóbulos blancos; los que nos hacen mantener limpias nuestras células acelerando los periodos de recuperación y reducción de afecciones debilitadoras. Para mí que el reciente ganador del Tour de Francia, Chris Froome, le pega esta bebida.

Es evidente que quien haya probado el agua de mar pura y de golpe o esté en estos momentos en la orilla de la playa o en un crucero „o currando en la mar„ le vendrá a la cabeza la gran cantidad de sal que contiene, su sabor y gustacho. Y tienen razón. Otros pensarán lo típico: para qué agua de mar si tenemos agua potable con un simple gesto: accesible, clara y mineral si es nuestro gusto. Pero es ahí donde vamos a poner el acento. Esta agua potable ya la conocemos y la consumimos pero la de la mar no. Por ello podíamos hacer una prueba y comparar sensaciones de hidratación de verano con tan solo mezclar agua de mar recogida en un recipiente con tapón en nuestras zonas de recreo playeras cuando esta nos llegue a la altura del abdomen y trasladarla al domicilio; dejar reposar unas horas y completar la acción experimental realizando una mezcolanza de una parte de agua de mar y tres de agua mineral fresquita. Conseguiremos una agua isotonizada a la cual podemos añadir el jugo de un limón, si bien debemos de tomar la precaución en consultar a nuestros galenos si podemos consumir de este invento ancestral y en caso afirmativo realizar las primeras ingestas en sorbos pequeños y observando como reacciona nuestro cuerpo frente a esta bebida desintoxicante. Y si no les apaña el asunto la alternativa sería consumir alguna cervecita elaborada en una fabrica artesanal setabense con agua de mar. Salut!

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