Esta vez la lluvia sí que aguó la fiesta del Festival Meruts, al menos en parte, ya que cerca de las 2:30 de la madrugada de la noche del martes, la amenaza que durante todo el día se había cernido sobre Ontinyent mediante unas inequívocas nubes grises, se fraguó en una fina lluvia que obligó a la Troba Kung Fu, cuando apenas habían interpretado unas canciones, entre ellas la rumba bailadora Clavell morenet, a interrumpir momentáneamente su concierto, pero que a la postre sería una suspensión definitiva. El grupo ontinyentí Tashkenti, que tenía que celebrar el último concierto en su ciudad, ya que se despide de los escenarios tras diez años de carrera, ni tan solo pudo salir al escenario.
Antes, poco más de las 11 de la noche, el grupo Bacora, de la Safor, habían interpretado casi sin respiro las canciones de su primer disco, evocando a los punkeros Dead Kenedys y al clima de California, pero convenientemente filtradas por los aires de la ciudad ducal. Al abrir la velada se encontraron con el inconveniente de que la asistencia a esa hora aún no era la óptima.
A continuación, El Noi del Sucre & Los Muertos de Cristo demostraron porque llevan 25 años en el candelero, inasequibles al desaliento. Se podrá comulgar o no con su ideario anarquista y su música de rock duro intenso, con pinceladas al western o a lo que se tercie, pero lo que está claro es que los de Utrera no dejan a nadie indiferente con sus proclamas. Su cantante, que hizo de tripas corazón al subirse al escenario „pues hacía pocos días que había enterrado a su madre„ no desaprovechó la ocasión para tributarle al músico ontinyentí José Melchor Gomis un rendido homenaje como autor del himno de Riego, por sus connotaciones identitarias republicanas. También actuó el DJ Biano, que llevó al recinto del polideportivo los ritmos más electrónicos del festival de este año. Pese a la lluvia, el Meruts logró reclutar a más de 1.200 espectadores.
Previo al concierto, por la tarde, la amenaza de lluvia ya advirtió en las actividades previstas de las seis y media de la tarde, que incluían cuentacuentos, exhibiciones de capoeira, pasacalles y talleres de múltiples asociaciones, que se celebraron en el Parc del Llombo, y que se iniciaron, pero que se vieron interrumpidas por las precipitaciones.
En 2016, décimo aniversario
Desde la Assemblea de Joves Meruts han lamentado que la lluvia impidiera el desarrollo previsto del festival y han tenido especiales palabras de agradecimiento «por la paciencia mostrada tanto por el público que nos acompañó pese al mal tiempo, como para los grupos musicales, que apuraron hasta el último minuto para actuar», remarcan. Desde Joves Meruts manifiestan que la edición de este año del festival «no ha salido como hubiéramos querido, pero esto no nos desanima, sino que nos alienta para que la edición de 2016, la del décimo aniversario, sea una fiesta memorable a la que animamos ya a todos a participar», concluían.
