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La cruzada apoteósica de María Peiró

La Capitanía Cristiana de la comparsa Cruzados abre el desfile de la Entrada de Ontinyent con un espectacular boato centrado en la Segunda Cruzada, del año 1144 La Embajada de Cides cerró el acto del ejército cristiano con la escenificación de una gesta del Cid

La cruzada apoteósica de María Peiró

Entrada triunfal y tempranera la de la Capitanía Cristiana de Cruzados. La comparsa que ostenta el cargo más representativo de los Moros i Cristians de Ontinyent de este año abría ayer la Entrada y el boato que acompañó a la capitana, María Peiró González, fue el primero en desfilar por las calles de la ciudad. Un espectacular boato cargado de ballets, escuadras y carrozas precedió a la capitana. María Peiró desfiló sobre una majestuosa carroza alada, acompañada por su hija Adriana y desfilando al son de la marcha cristiana Akitania, dedicada a la capitana y compuesta por el ontinyentí Saül Gómez i Soler. La Agrupació Musical d'Ontinyent interpretó la pieza escoltando a María Peiró.

La Entrada Cristiana arrancó con el desfile de la Capitanía. Una Capitanía centrada en la Segunda Cruzada, convocada en el año 1144 para recuperar la ciudad sagrada de Edesa, bastión cristiano en Mesopotamia, y que habían tomado los musulmanes. Una cruzada en la que tomó parte la Reina de Francia, Leonor de Aquitania, esposa del rey Luis de Francia, y que ayer representó la capitana cristiana de la comparsa Cruzados, María Peiró.

Abriendo el boato desfilaron un grupo de bailarinas del Ballet Ópera de Ontinyent, que escenificaron una lucha de caballería, y dos escuadras de Cruzados, acompañados por la Societat Instructiva Musical de Benigànim que interpretó las marchas MaiSabel, Biscainsd'Onil y l'Aragonés perfecte. Un grupo de niños repartió al público asistente cruces, símbolo cristiano. Tras ellos, el Ballet Masters de Ontinyent dió vida al mar, precediendo a un gran barco en el que la compañía Pyros Espectáculos teatralizó a los ejércitos cruzados que se desplazaron de Francia a Asia Menor en la gesta reconquistadora.

El asedio a la ciudad de Damasco, representado con la lucha a espada a pie y a caballo y el desfile de diversas escuadras de la comparsa Cruzados ponían fin a la Segunda Cruzada y a la primera parte del boato, dando paso a la segunda, centrada en la Reina Leonor de Aquitania, la capitana cristiana de Ontinyent. Grupos de malabares, zancos y juglares, escuadras de la comparsa, un batallón de 76 mujeres y tres gigantas desfilaron al ritmo de la música de la banda sinfónica Tot per la música d'Ontinyent, que interpretó Aragonesos 99, Creu d'Arsuf y La Rosa i el Drac.

Una danza de leones „coreografía del Ballet Ópera„, símbolo del escudo de armas de la Casa de Poitiers y el ducado de Aquitania y una mujer montada a caballo precedían la entrada de la capitana. María Peiró deslumbró sobre una carroza en forma de alas, acompañada por su hija. Detrás y cerrando el boato, la escuadra de gala de Cruzados desfilando con la música de la Banda Artístico Cultural de Montaverner.

Tras el paso de la Capitanía Cristiana desfilaron el resto de comparsas del bando de la cruz. Contrabandistes, Fontanos, Almogàvers, Asturs, Llauradors, Marineros, Bucaneros, Estudiants, Gusmans, Arquers y cerrando la Entrada la comparsa Cides, que ostenta la Ambaixada.

Una Ambaixada que puso en escena sobre las calles de Ontinyent la gesta de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid „que da nombre a la comparsa„ en defensa de la ciudad de Valencia en el año 1092. Destacando en el desfile el Ambaixador, Raül Albuixech Gandia y el Banderer, Amadeo Juan Galbis, que representaron a dos de los hombres claves del Cid en la batalla valenciana. Al cierre de esta edición tomaban las calles de Ontinyent los ejércitos del bando moro, con la Capitanía de Benimerins.

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