Mañana abre el Olímpic la Liga 2015-16 ante el Badalona, y lo hace con renovadas ilusiones. En principio, si hemos de ser sinceros reconocemos que el pesimismo sobre el próximo futuro de nuestro club invadía nuestro pensar. No quiere esto decir que ahora, pasados algunos días y visto el resultado de una pretemporada más bien negativa, nos pasemos a opinar lo contrario.

Todavía sin elementos de juicio suficientes para emitir nuestro parecer en cuanto al actual potencial de nuestro club, sí que queremos aventurarnos a realizar un breve comentario sobre el mismo, dejando sin calificar los enfrentamientos ante los tercerolas con los que se ha competido.

En el nuevo equipo, hasta ahora solo ofrece credibilidad la retaguardia junto a los dos medios centro, Álex Vaquero, auténtico pulmón del equipo, y Canadell, indudable cerebro creativo por el que debe pasar todo el juego creativo del mismo, eximiéndole de funciones destructivas inadecuadas para su físico. Todo lo demás, por el momento, ofrece grandes dudas, principalmente en cuanto a la capacidad ante el gol.

Por otra parte, y puestos a resaltar lo bueno, hemos de destacar la convicción y el trabajo del presidente Kike Alcázar. Su optimismo contagia y sus ideas también, junto a la ilusión con las que ha cogido las riendas del club en momentos tan difíciles.

Kike, predicando con el ejemplo, basa en el trabajo todo el futuro del club, algo muy visible hasta ahora. Se le está viendo en el lugar adecuado en cada momento, impartiendo saludos e información a cuántos la solicitan, ejerciendo de presidente, si acaso modesto pero honesto en sus razonamientos. Pretende inculcar trabajo a cuantos le rodean y visitar a los empresarios más fuertes de la ciudad en busca de ayuda.

Todo digno de elogio a nuestro parecer, hasta ahora, sin descartarlo como jugador en plantilla. Mientras tanto, el Badalona de mañana tendrá mucho que aclarar sobre el futuro de nuestro Olímpic.