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citas veraniegas ineludibles

Desde este observatorio veraniego ya les digo que con él llegan las citas obligatorias —casi repetitivas, pero necesarias— para que el verano sea tal si no vale la pena ser no considerado persona de "estiu" o "guiriplayerolocal" y afirmo que unas vacaciones ya iniciadas por muchas personas no lo son si no aparecen los vecinos del apartamento residentes en Madriz, los de la caseta de al lado con sus gritos y olores culinarios, las colas para pillar el pollastre rostit, el paliza del chiringuito experto en todo y sin oficio conocido, mis queridas suegras (sobre todo por sus croquetas) y cómo no en estas aguas revueltas tras el vuelvo electoral en nuestro territorio: nuestras amigas las medusas, también metidas en un cambio no político y sí climático debido a que sus oponentes naturales, tortugas, atunes, pez espada... están siendo esquilmados por depredadores de la fauna marina y la sobrexplotación pesquera.

Es fácil con lo anteriormente expuesto que en nuestras playas cercanas nos encontremos con medusas sobre todo hasta mediados de agosto aunque su aparición no tiene por que suponer un día sin playa sino un día de reflexión debido a que ello nos llevará a conocer algo más sobre sus peculiaridad y modos de protección frente a su autodefensa cuando se ven agredidas por un agente extraño como somos los bañistas, poco expertos en sus costumbres y tipos pero sí conocedores de los problemas serios cuando sus tentáculos contactan con nuestra piel. Estas especies del hidrozoo las tenemos que respetar y evitar con protección de crema solar para proteger la quemadura solar y la picadura pero si ello no fuera efectivo ante una urticaria evidente. Salgamos del agua, no entablemos conversación con ella, no vale chillar —no nos escucha— y procedamos a aplicar de forma indirecta un producto frío, helado, y acudamos a un puesto de socorro o donde nos podamos aplicar vinagre, amoniaco, agua salada... para más tarde tratar la picadura con otros medios, pero ante todo y en evitación de lo dicho dejemos que las medusas estén un tiempo en su hábitat momentáneo obligatorio y no las molestemos por que también tienen derecho a unas cortas vacaciones a la orilla de la mar.

Como la Fira d'Agost. Si por contra somos de aquellos llamados a currar en agosto la cita ineludible pasa por otro tipo de baño de multitudes como acaba de ser la Fira d'Agost, sin olvidar la faceta variopinta de personas, al igual que las medusas, que van a pulular por el recorrido de sus aceras y aledaños y que tan bien definida fue por el ex-concejal Ramiro Pla, que dijo de ella que era una anarquía organizada. Vamos, como las medusas en la playa de Xeraco, cada una a su bola pero agrupadas para disfrutar del momento. En fin, que similitudes al margen, ambas —la proliferación máxima de medusas y la Fira d'Agost— ya han pasado. Disfruten lo que queda de verano.

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