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Yo soy la naturaleza

e pequeño me decían en la escuela para preservar la naturaleza, que es muy importante para nosotros y que sin ella no podemos vivir. Hasta que un día comprendí que la naturaleza somos nosotros también; no hay división: somos la naturaleza materializada en un ser. Cuando alguien dice que se siente desconectado de la naturaleza, en realidad está desconectado de sí mismo. Porque somos la naturaleza. Con el surgimiento de la agricultura hace más de 10.000 años, el ser humano fue aprendiendo a comprender los ciclos de la naturaleza y a convivir en comunidad, empezando a prevenirse de los períodos de frío, de sequía o de escasez de alimento. No se extraía sólo lo que iba a ser utilizado inmediatamente; aprendía a guardar y almacenar en previsión para el futuro. El ser humano en su evolución, adquirió la capacidad de analizar situaciones actuales, imaginar lo que todavía no fue vivido, pudiendo manipular la realidad o hasta simular el futuro. El 6 de junio fue estipulado Día Mundial del Medio Ambiente, uno de los principales vehículos que las Naciones Unidas utilizan para promover la atención y la acción política al respecto de los asuntos ambientales y motivar a las personas para que se econviertan en agentes activos del desarrollo sostenible y equitativo, propiciando además el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitudes. Somos todos parte de eso, podemos intentar consumir el mínimo posible de productos que vengan en envases de plástico, por ejemplo, sin olvidar de separar la basura orgánica de la que puede ser reciclada. Muchas ciudades todavía no tienen ese recurso... Todas la basuras con plásticos llegan a los océanos destruyendo poco a poco la vida marina. Cada año mueren más de 1.000.000 de criaturas por la contaminación plástica de los mares. Así, la producción de residuos casi se ha duplicado en los últimos 30 años; estamos transformando nuestro planeta en un enorme cubo de basura y una de las maneras para reducir la cantidad de residuos urbanos y el calentamiento global es el reciclaje. Al reciclar ahorramos materias primas y energía. Por ejemplo, con el reciclado de ocho botellas de vidrio lograríamos ahorrar la energía equivalente para el funcionamiento de un frigorífico durante dos días o lavar la ropa de más de cinco personas. Cada tonelada de papel reciclado representa un ahorro de energía de 4100KWH. No sabemos de dónde venimos ni adónde vamos. Sólo dónde estamos. Pero no paramos de causar estragos. Podemos evolucionar cada vez de manera más consciente. Fuimos la sociedad de la información, ahora debemos ser la sociedad de la colaboración.

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