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los torticeros disfraces del PP

Pero qué lección magistral y que puñado de buenas ideas le dejó el catedrático ontinyentí Josep Pla al batle Jorge Rodríguez, con ocasión del llamado pregón del mercado medieval, que se viene levantando en la Vila al llegar la fiesta de moros y cristianos. Y es que Pla, en vez de acudir a lugares comunes, como viene siendo costumbre en este modelo de saraos, se devanó los sesos, y bajo el título de Els mercats de la vida i del món bordó un serie de conceptos e ideas propicios para que puedan ser adaptados, filosóficamente, a la piel de la maquinaria municipal, si es que el gobierno ontinyentí estima que se le puede sacar punta. Para ello les tendría que poner ruedas y, entonces, bienvenido sea dicho pregón, o lo que sea, como enfatizó el propio Pla tras calificar los mercados como «un lugar común en todas las culturas y civilizaciones», reputándolos de auténticos corazones de los pueblos». El pregonero también fue taxativo al lanzar este aviso: «las fuerzas del mercado son absolutamente insensibles respecto a la justicia social, la protección del medio ambiente o el fomento de la cultura universal». Ante lo cual precisó de «la acción deliberada del Estado». Y evocó algunos mercados universales de referencia, como en Londres el Camdem Town, Portobello Market, Covent Garden o el Borough Market. Pero también, en Estambul, la sucesión de mercados que tienen su epicentro en el Gran Bazar. Al final lanzó un mensaje optimista: «todo es posible, vuestros propios mercados están ahí esperándoos». Si además le dedicó sus palabras a la memoria de Luis Martínez, —«una bona persona i un bon amic», dijo— miel sobre hojuelas a un acto al que solo le faltó una sombrilla que protegiera de los inclementes rayos solares al orador.

La Bonig se mete en un charco moro y sale pringada. Vaya efecto boomerang que han tenido las desafortunadas e indocumentadas palabras de la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, en su intento alocado de deslegitimar a Jorge Rodríguez en su también condición de presidente de la Diputación de Valencia. Para mayor sonrojo meó fuera de tiesto al esgrimir una fotografía del alcalde desfilando con los Sauditas, tomada una jornada antes de los hechos con los que intentó sacar beneficio político. Ahora le toca apechugar con sus manifestaciones lenguaraces ante los festeros ontinyentins y envainársela para sumir que donde dijo «disfraz» (en referencia a la indumentaria de la comparsa) dijo Diego? Menudos defensores, estos del PP, de nuestras tradiciones... de boquilla. Veremos cómo sale Bonig del charco. Si al menos hubiese criticado a Rodríguez por presidir, ese sábado, el acto procesional de la bajada del Cristo. Pero ahí, con la Iglesia hemos topado.

Caixa Ontinyent causa admiración. O debido a la baja intensidad informativa de este mes o si por una indisimulada admiración, lo cierto es que en el transcurso de los pasados días no ha habido diario, máxime los económicos, que no se haya hecho eco del balance económico del primer semestre aventado por Caixa Ontinyent, que incrementa sus beneficios un 221%. Y aunque ya se sabe que los números son del color del cristal con que se mira, y los expertos le restan grandilocuencia, no se puede negar que esta Caixa es ejemplar.

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