El equipo de arqueólogos que trabaja en el yacimiento de la Solana del Castell culminará mañana la campaña de excavaciones de 2015 tras bregar durante dos semanas con una climatología marcada por el calor y las lluvias. Los trabajos en este privilegiado enclave ubicado en las faldas de la fortaleza de Xàtiva, que cumplirán el próximo año una década desde que se iniciaron —en 2006— se han centrado este mes en documentar minuciosamente los niveles más modernos del yacimiento, en el marco del proyecto de investigación de la Saiti Ibérica.
El arqueólogo municipal, Ángel Velasco, explica que el horizonte principal de la campaña consiste en alumbrar datos sobre los últimos vestigios íberos, cuando el antiguo asentamiento inscrito en la ciudad se encontraba ya plenamente consolidada. Este objetivo trazado implica remontarse a la etapa comprendida entre el siglo VI o VII antes de Cristo hasta la ocupación romana. «No es un yacimiento que ofrezca materiales en abundancia, lo que nos ha llevado a trabajar con mucho cuidado y a sacarle el máximo partido a los pocos recursos con los que se contaban», subraya Velasco. Y es que durante los últimos años las excavaciones avanzan de forma muy ralentizada, con breves campañas cada mes de septiembre, puesto que solo disponen de la financiación del ayuntamiento.
La Generalitat no ha convocado ayudas para este ejercicio, con lo que la única posibilidad de avanzar está en manos administración local. «En un primer momento las excavaciones estuvieron complementadas con la aportación de la conselleria, pero desde hace unos años solo contamos con la ayuda municipal», subraya el arqueólogo. Los limitados recursos se traducen en «un lento avance año a año» que ha llevado a alargar las previsiones que se tenían para cerrar investigación.
Espacio reducido y pocos recursos
Velasco lamenta que para la excavación del poblado «se requieren muchos medios», pero se trabaja «en un espacio reducido». Este año la actuación se focaliza en uno de los sectores abiertos en el yacimiento, donde los arqueólogos documentan los niveles superiores. Una vez culminadas las labores proyectadas en la zona, donde cada verano trabajan estudiantes de la UV, los datos extraídos se examinarán antes de arrojar valoraciones. Hasta ahora se han localizado piezas cerámicas aunque de escasa importancia.
