El exconcejal de Seguridad negó ayer que el coche oficial objeto de la polémica haya estado un año y medio sin funcionar en el taller, como sostiene el equipo de gobierno. «Se estropeaba y se volvía a reparar, pero se seguía utilizando cuando era necesario», indicó a este diario para responder a las sospechas vertidas desde el actual ejecutivo. La avería, según éste, respondía a un fallo en el tubo de escape y, aunque «no era grave», obligó a realizar diversas reparaciones. Vidal se mostró «tranquilo» por las acusaciones, que vinculó a «una maniobra para desviar la atención» tras las críticas del PP al proceso de «colocación» del exalcalde socialista Miquel Calabuig en un cargo de responsabilidad. Vidal, actualmente de baja en el consistorio, subrayó que «la intervención municipal nunca puso ningún reparo» a los gastos del coche, cuyo uso vincula a la gestión municipal. «La honradez y honestidad han sido mi bandera durante 16 años de concejal», zanjó.
