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Nada nuevo en el día del turismo en Xàtiva

añana domingo, 27 de septiembre, se celebra en todo el mundo el Día del Turismo. Costó bastante que Xàtiva, como potencial destino turístico por su magnífico y valioso conjunto monumental, legado histórico y cultural, comenzara a celebrarlo hace unos años, pero esta conmemoración pronto se convirtió más en una puesta en escena de responsables municipales del turismo en algunos medios locales, que en una verdadera y eficaz actividad capaz de captar y promocionar la oferta del destino entre los visitantes.

Bajo un concepto malentendido de turismo interno —considerando como el de los propios residentes del destino—, que es cierto que bien aprovechado puede suponer un aporte complementario, la falta de asesoramiento experto, de competencia y de capacidad llevaron a plantear una actividad a la que casi no tenía acceso el visitante. Una actividad convertida, pues, al igual que otras como Nits al Castell, en evento más bien dirigido a demostrar ante la población local que se hacía algo por el turismo, con una más que probable intención de venta de gestión política, enfocada a mantener aspiraciones electorales. Y la celebración del Día Mundial del Turismo no debería ser eso.

Superados los cien días del nuevo gobierno municipal y aún entendiendo que la situación turística dejada por los anteriores gestores se podría calificar de bastante grave y estancada, la programación de día especial vuelve a decepcionar un poco. Continuar con el modelo de acto dominical con ruta contratada en el último momento, cuando esta efeméride es fija en el calendario y se repite cada año, y de manera externa además, siendo bastante pobre el bagaje que puede aportar y enriquecer hoy por hoy esta contratación a la información que se maneja desde fuentes municipales, no parece el modelo más adecuado.

Demasiado alejado, además, del de destinos similares que cada año reinventan esta celebración trabajando y programando con tiempo y dedicación, desde un equipo municipal suficiente, formado y preparado, con ideas e imaginación, analizando y aplicando a escala las nuevas tendencias de la demanda de una industria mundial tan dinámica y cambiante como el turismo, que es una oportunidad para crear riqueza y empleo que no todas las ciudades pueden aprovechar. Insistir en rutas que no están consolidadas, con carencias que evidencian que pueden ser tal vez un recurso pero que hoy no son un auténtico producto turístico, es quizás un rumbo equivocado frente al de fijar y fortalecer como tarea prioritaria un recorrido monumental y museístico básico, que en Xàtiva tiene una riqueza y un valor inmensos difíciles de encontrar en otros destinos de la Comunitat Valenciana.

Pero sobre todo, se trata de abordar esta celebración, y al mismo tiempo la definición de la estrategia de la oferta turística de la ciudad para todo el año, de manera global, con actividades en todos los monumentos y museos (amplio horario de apertura, entrada gratuita y visita guiada), la potenciación de elementos culturales icónicos transversales para la ocasión (un microespacio turístico Ribera o Borja en los museos) o una ambientación/señalización/ornamentación especial en el conjunto histórico-artístico o sus rincones más emblemáticos en esta fecha. Sin olvidar la necesaria colaboración de la iniciativa privada con menús temáticos en restaurantes o paquetes de alojamiento más actividad de visita, ofertas variadas de empresas, profesionales y comercios o la organización de servicios de transporte público (como el tren medieval de Sigüenza con animación e incentivos que Renfe recupera para este otoño). Y por encima de todo ello, la promoción en Internet, redes sociales y puntos neurálgicos de gran afluencia cercanos. Es hora ya de «cambiar el chip».

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