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a priori

operación de limpieza

El señor Guillermo Fernández, entrenador del Olímpic, se lamenta de que el equipo no le funciona. Tras el gol del Eldense el pasado domingo, el derrumbe del Olímpic fue total. Se queja Fernández de que su equipo no fuera capaz de jugar una vez encajado el gol de los locales. Tan solo los de siempre aguantaron el chaparrón, y hasta uno de ellos, Pepín, estrelló un balón en el travesaño ya en las postrimerías del partido.

Nada nuevo para el Olímpic. El gol para nuestro equipo es una especie en vías de extinción. El equipo no tiene llegada con el balón controlado y cuando llega lo hace sin el necesario control. Al realizar los fichajes no se tuvo en cuenta que los tiempos han cambiado y que el delantero centro no es necesario que sea fornido y alto como en otros tiempos. Hoy prima la velocidad, la habilidad y el olfato goleador. Éste está siendo un error muy repetido. En el Olímpic, de un tiempo a esta parte, se han traído jugadores altos, fuertes, pero torpes, de los que no se desenvuelven en el área con peligrosidad y habilidad. Tampoco saben sacar provecho a su corpulencia y mucho menos cuando no hay quien les asista desde más atrás con pases ventajosos, haciendo paredes que dejan clavados al contrario, etc.

El señor Fernández Romo no encuentra la tecla adecuada y presenta equipos sin la capacidad ganadora adecuada, rebuscando en una super holgada plantilla que tiene más desperdicio que un níspero, como diría el difunto Garri, gran aficionado a quien echamos mucho de menos.

El aficionado es consciente de que este año peligra la permanencia. A algunos hasta no les parece bien que el presidente se haya asignado un salario de 200 euros mensuales para compensar el gran trabajo que está realizando. El partido de mañana ante el Llosetense es de alto riesgo y si se confirma la ausencia de Mendoza la papeleta se pone fea, quizá fuese necesaria una operación de limpieza.

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