Se vuelve a jugar domingo por la tarde, hora habitual, aunque es un fin de semana excepcional. El equipo tiene una nueva oportunidad para, como un alumno ante el profesor, aprobar una de las asignaturas pendientes que tiene desde que se inició el curso: ganar en casa.
El alumno, el equipo, ha hecho un esfuerzo importante para mejorar antes del examen pues se ganó el último partido, marcó Luismi Loro, ha habido cena de confraternidad y ha sido una semana, digámoslo así, tranquila y ha podido estudiar. Tres puntos en dos partidos como visitante no es mala previa. Pero el examen siempre es algo que a muchos estudiantes les hace bajar su rendimiento por muchos motivos: nervios, el acto en sí de ponerse ante el profesor, de tener miedo a no escribir todo lo que sabes?
En el caso del Olímpic creo, sinceramente, que examinarse en la Murta no le supone una presión especial aunque no deja de ser cierto que las últimas dos victorias han sido como visitante, pero no es menos cierto que en casa, ante el Huracán, que ha sido el último partido, no se dejó mala sensación. No les oculto que el examen es de alto nivel, pues el Cornellà es uno de los equipos, pese a su derrota en la última jornada, que ha iniciado mejor la liga.
Así que toca, como ante cualquier examen, prepararse bien, llevar el bolígrafo, hacer primero lo que sabes hacer y luego arriesgarte en lo que no estás del todo seguro; o sea, tener el juego claro, a lo nuestro, no cometer errores y confiar en que a lo mejor, los menos habituales pueden tener una motivación extra y pueden ser los que nos den el aprobado en caso de dificultades. Y, como ante cualquier examen, algo de suerte, porque, a veces, salen las preguntas que nos hemos estudiado, las jugadas que hemos ensayado.
