Los técnicos de la Conselleria de Justicia están inmersos en formular las bases de un proyecto orientado a la remodelación integral de las dependencias de los juzgados de Xàtiva. Aunque los trabajos de redacción están todavía en una fase muy primigenia, fuentes del departamento que dirige Gabriela Bravo confirman a preguntas de este diario que se está abordando el inicio de un anteproyecto de «renovación» del edificio de la Plaza de la Trinitat, sede del partido judicial que abarca a las poblaciones de la Costera y la Canal de Navarrés. El deterioro de las actuales instalaciones, que revisten un estado muy precario, han provocado en los últimos años constantes quejas de los profesionales que desempeñan su labor diaria en el inmueble, que acumula deficiencias de todo tipo. Aunque por el momento no hay una fecha definida para el inicio de las obras, todo apunta a que los presupuestos que la Generalitat prepara para 2016 no incluirán ninguna partida para mejorar el servicio, dado que todavía se están «sentando las bases» para la elaboración del proyecto. En cualquier caso, se trata de un primer paso después de que en los últimos años no se haya proyectado ninguna intervención de calado en el seno de de los juzgados, donde, a los problemas de hacinamiento motivados por la ausencia de espacio adecuado, se suman las humedades, el colapso provocado por la acumulación de expedientes, las frecuentes averías del ascensor, el mal estado de algunas zonas o la falta de medios denunciada reiteradamente por los funcionarios.
Promesas desvanecidas
En 2003, con el PP en el Palau de la Generalitat, la conselleria anunció la construcción de un nuevo Palacio de Justicia en Xàtiva que, con una superficie de 8.300 m2 y un presupuesto de 9,6 millones de euros, iba a doblar la capacidad del actual. Pese a que el ayuntamiento presidido por Alfonso Rus llegó a ceder al gobierno autonómico unos terrenos en el sector del Palasiet en 2008, el solar terminó siendo ocupado por la oficina de la patronal comarcal de empresarios y las estrecheces financieras del Consell acabaron sepultando el ambicioso proyecto, junto a otras nuevas sedes judiciales anunciadas en los años de bonanzas. Ahora, aunque la idea de un inmueble de nueva planta se antoja una quimera por su elevado coste, desde la conselleria remarcan que «se tiene muy en cuenta» la necesidad de remodelar el edificio actual. Este año se cumplen 30 años desde su inauguración.
