na vez más el fatídico 1-0 echó por tierra las pocas ilusiones que el Olímpic tenía por sacar tajada como visitante de La Pobla de Mafumet, equipo colista que todavía no sabía lo que era ganar un partido y que ahora nos ha relegado al penúltimo puesto de la tabla. Como Fernández Romo dice que no mira la clasificación, nosotros nos permitimos desmenuzarla un poco tras estudiarla atentamente.
De 9 partidos jugados se han ganado 2, se ha empatado 1 y se han perdido 6. Se han marcado 3 goles y se han encajado 9.
Como se ve son números capaces de deprimir al más pintado. Por si fuera poco, el equipo por lesiones, por inexperta dirección técnica y por incapacidad de algunos jugadores que no dan la talla acusa un tremendo bajón difícil de enderezar.
Veintiséis futbolistas en plantilla y un nutridísimo cuerpo mal llamado técnico necesitan un replanteamiento. Es necesario un entrenador que conozca al dedillo todos los futbolistas de la categoría, para lo cual no se precisa una secretaria técnica que como se ha visto no está suficientemente dotada para ejercer el cargo, que aligeren gastos superfluos que están gravando al club y que se cambie la mentalidad de grandeza. Esto es un equipo de una ciudad más bien pequeña, pero con historia, que puede prescindir de muchas cosas que no son de primera necesidad.
El socio teme que pasados un par de meses y a pesar del trabajo de captación que realiza el presidente Alcázar la economía se resienta y nos volvamos a ver en inferiores categorías al no poder atender los pagos que se han firmado con los jugadores y técnicos profesionales. Este es a grandes rasgos el parecer del aficionado que empieza a sentirse defraudado ante las actuaciones de su equipo tan poco convincentes.
El próximo domingo ante el Español de Barcelona nos espera una nueva prueba de fuego. Sería conveniente a quien corresponda, echar un vistazo a la tabla de vez en cuando para saber donde estamos con el fin de poner remedio a los posibles males.
