La división inmobiliaria del Banco Sabadell, Solvia, ha renunciado a continuar con el proceso de venta del Palacio-Castillo de los Bellvís, un inmueble del siglo XVI declarado Bien de Interés Cultural (BIC) que amenaza con derrumbarse si no se interviene pronto en su seno. Los responsables de la entidad han aceptado donar el edificio de forma gratuita al ayuntamiento tras las negociaciones mantenidas con el alcalde de esta población de la Vall d'Albaida, de menos de 200 habitantes.
Antoni Soler convocó el domingo a los vecinos para comunicarles la perseguida noticia, materializada después del SOS lanzado en verano por una plataforma de personas vinculadas al municipio a raíz del creciente deterioro del bien. A la causa «Salvem el Palau» se sumó Acció pel Patrimoni Valencià y diversas entidades del territorio. La llamada de alerta causó efecto en la Conselleria de Cultura, que a través de la Dirección de Patrimonio presionó a la propiedad del Palau y, con la ley en la mano, conminó a la entidad a cumplir con su obligación de proteger el BIC, actuar en su seno y mantenerlo en condiciones.
El alcalde celebra el acuerdo a pesar de que no han sido pocos los obstáculos que han ido presentándose en el camino. El palacio, que abarca una superficie de 1.746 m2, sigue ofertándose en diversos sitios web por 240.000 euros, pero Soler confía en que en cuestión de mes y medio puedan formalizarse las nuevas escrituras y el edificio pase por fin a formar parte del patrimonio municipal, después de años de lucha. Una constructora adquirió el monumento en la época del «boom» inmobiliario, lo incluyó en un PAI que planeaba levantar 1.500 viviendas y un campo de golf y proyectó transformarlo en un hotel. La iniciativa no fraguó, la promotora quebró y la infraestructura terminó engrosando la cartera de Solvia.
Largo recorrido para recuperarlo
Tras la solicitud de cesión propuesta por el ayuntamiento, los arquitectos de esta entidad examinaron la edificación, en septiembre. El estado de ruina y el elevado coste de la rehabilitación han pesado en la decisión final de la firma de desprenderse del bien, incluyendo una superficie de jardínes de 4.000 m2 de extensión en la parte de atrás del inmueble, también cedida.«El banco ha entendido que lo que tenía no era una propiedad, sino un problema», observa el propio alcalde.
Todos los esfuerzos del consistorio se concentran ahora en reunir los fondos necesarios para hacer realidad la recuperación del palacio, cuya fachada ha sufrido desprendimientos y se encuentra rodeada por un vallado perimetral. El techo del monumento se ha hundido y sus partes más elevadas evidencian su mal estado y alertan sobre nuevos derrumbes. El edificio ha sido objeto de expolio durante años. Los expertos lo señalan como uno de los más característicos» de la arquitectura medieval valenciana y lo equiparan al castillo de Alaquàs, levantado bajo el mismo patrón constructivo en el siglo XVI. El Consell Valencià de Cultura ya advirtió en 2012 del deterioro del Palau, donde no se interviene desde hace décadas.
