Cabe valorar la iniciativa del grupo municipal de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de Xàtiva que el pasado sábado por la tarde salió a la calle, en la céntrica placeta de Sant Francesc del casco antiguo de Xàtiva, para explicar a los ciudadanos su visión de los presupuestos municipales para el año 2016. Interesante fue, al margen del posible guión preestablecido de la presentación pública, la intervención participativa de varios ciudadanos, lo que convierte a estas iniciativas de comunicación y diálogo en bastante oportunas para testar de alguna manera el estado de la opinión pública. Porque bien es cierto que no es lo mismo plantear esta actividad desde la oposición que hacerlo cuando ya se tienen importantes responsabilidades de gobierno durante cerca de medio año. Es valiente entonces responder a las interpelaciones de los ciudadanos, como en el caso de algunas de las del pasado sábado, centradas en las quejas, la insatisfacción, los perjuicios y el olvido en el que se encuentran quienes viven en el centro histórico. Y sobre todo procede escucharlas con atención para luego a la hora de la gestión y los presupuestos tratar de dar una solución proactiva.
Al margen del mayor o menor acierto en las explicaciones de los gestores políticos municipales a los ciudadanos, que pudieron resultar más bien escasas para las expectativas de unos vecinos maltratados durante años, invisibles a las actuaciones de mejora en la ciudad y que comienzan a sentirse decepcionados ante la lentitud y estancamiento, sin notar el esperanzado cambio en la situación del centro histórico en el que creían al depositar su voto, el ejercicio democrático de salir a la calle y que se genere un debate abierto es meritorio. Revelador fue cuando ante las quejas de un ciudadano por la pasividad de la actuación policial municipal en el casco antiguo desde los concejales del grupo municipal convocante se emplazó a la concejal responsable y perteneciente a otro grupo municipal que se encontraba entre el público, a que diera respuesta a la queja.
Porque igual de fundamental que esforzarse en comunicar la gestión y explicar en que se ha decidido gastar el dinero de todos, lo es el escuchar de primera mano y sin cortapisas, en ágora pública, la opinión, el relato y los problemas de aquellos ante quienes los gobernantes quisieron voluntariamente presentarse para administrarlos. Y no todos lo hacen
