A partir de enero, 47.000 toneladas de basura gestionadas por el Consorcio de Residuos (COR) en la franja sur de Valencia comprendida por la Costera, la Canal, la Vall d'Albaida, la Safor y el Valle de Ayora comenzarán a tratarse en la planta de Algímia d'Alfara, que actualmente ya recibe los residuos del norte de esta provincia y el sur de Castellón. La decisión de la junta de gobierno del organismo se produce después del ultimátum lanzado en noviembre por el Ayuntamiento de Alicante, que condujo al COR a adoptar el compromiso de reducir a la mitad sus aportes al vertedero de Fontcalent, incapaz de seguir asumiendo la totalidad de los residuos que generan los 300.000 habitantes de estas cinco comarcas: 120.000 toneladas en total.

Después de sondear las propuestas de todos los consorcios de ayuntamientos existentes en la Comunitat Valenciana, finalmente el ejecutivo del COR se ha decantado por la oferta del C3-V1, que gestiona la planta de Algimia, la opción recomendada por la Conselleria de Medio Ambiente. Las instalaciones destacan por su nivel de cumplimiento de los estándares europeos en materia de rechazo y presumen de un porcentaje de recuperación de residuos próximo al 70%.

La planta se inauguró en 2011 y está gestionada por Tetma-Lubasa. Tiene capacidad para albergar 120.000 toneladas, pero actualmente trataría unas 80.000, según apuntan desde el COR. De las aproximadamente 60.000 toneladas que el organismo se ha comprometido a retirar de Fontcalent a partir de 2016, los gestores de Algímia han aceptado dar cabida a 47.000, en un principio de acuerdo que fija en 48 euros el pago por tonelada tratada: en total, 2,26 millones de euros anuales. Para las 13.000 toneladas restantes, todavía no hay fijado un destino claro, aunque el presidente del COR, Roger Cerdà, está negociando tanto con el Consorcio Valencia Interior como con el Emtre, que gestionan los vertederos de Llíria y Manises. Con este último organismo, la anterior junta de gobierno de la entidad alcanzó un acuerdo previo que no se llegó a materializar y que ahora se está revisando. La intención de Cerdà pasa por cesar toda relación con el vertedero de Fontcalent a partir de 2017, por las dudas que a nivel medioambiental suscitan estas instalaciones. Desde esa fecha, la basura de las 5 comarcas debería repartirse en plantas de nueva construcción.

El colapso y la antigüedad del vertedero de Alicante crea problemas de funcionamiento y ha disminuido su vida útil. En contraposición, Cerdà apunta que la de Algímia es la planta «que ofrece el mejor tratamiento y que está dando mejores resultados». Las instalaciones están diseñadas para que puedan ser visitadas en su totalidad, al disponer de una plataforma en su interior. Los responsables del COR, de hecho, prevén organizar visitas de colectivos una vez se apruebe de forma definitiva el convenio con el Consorcio C3-V1, previsiblemente en la asamblea del 7 de enero. La idea forma parte de una «estrategia de educación ambiental» para que los vecinos conozcan «lo que supone una instalación moderna y cómo se trata la basura».

Sin instalaciones propias

El COR, con sede en Xàtiva, es el único consorcio de Valencia que carece de unas instalaciones de tratamiento propias en su área de gestión. Mientras la planta ideada en Llanera sigue en suspenso, esta circunstancia hace que la basura de 93 municipios recorra a diario cientos de kilómetros hasta llegar al vertedero y dispara los costes de transporte del organismo, que a su vez representan casi el 50% de lo que pagan los vecinos en el recibo. Aunque en Algímia el precio por tonelada tratada es unos 3 euros más barato que en Fontcalent, la distancia respecto a la planta de transferencias del COR, en Ròtova, se incrementará ligeramente, de modo que el acuerdo apenas tendrá impacto económico en la factura final.