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Des dels Alforins

malditos salicornios

Todos los hemos visto alguna vez en las películas del oeste, rodando por caminos solitarios y antes de un duelo entre el sheriff y el malo malísimo del spaghetti western: esas bolas de ramas secas que corretean por doquier, sin que nadie sepa muy bien de dónde salen en pleno terreno árido. Me refiero, claro está a los salicornios. También conocidos coloquialmente con el nombre de pincha perros. Según me cuentan tiene propiedades curativas importantes para las enfermedades de riñón. Pero al margen de sus cualidades medicinales ensucian nuestros campos. Basta con echar un vistazo por los viñedos para ver cómo están los campos. Suelen empezar a germinar en verano y si no se labra cuando son pequeños, después no hay forma de hacerse con ellos. Crecen hasta formar enormes bolas de ramas secas. Son una auténtica pesadilla para quienes nos gusta tener los campos limpios de malas hierbas y nos preocupamos de que así sea. Es uno de los hierbajos más duros que conozco. Si los arrancas y los dejas con la raíz hacia abajo son capaces de volver a engancharse a la tierra. Antes los agricultores los recogían con la forca y hacían montones para después quemarlos. Esa es la mejor forma de evitar que al año siguiente vuelvas a tener salicornios. La semilla se propaga con mucha facilidad. Ahora prefieren dejarlos en el campo y que el viento los escampe por doquier.

Si tienes viña en vaso puedes tener suerte que pasen de largo arrastrados por el viento, pero si te ocurre como a mí, que tengo la viña formada en espaldera se quedan enganchados entre los palos y los hilos y es una auténtica pesadilla. Deberíamos volver a las practicas ancestrales de nuestros mayores y recoger los salicornios y no esperar a que inunden el campo del vecino.

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